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JUVENTUD DIVINO TESORO II





16 septiembre, 2019
Columnistas

LA ESTUFA A LEÑA

Estábamos en otro momento concentrados, en pleno invierno y donde solo había televisión era en el chalet de los técnicos, también estaba la estufa a leña grande y siempre estaba prendida. A nuestro entrenador Pedro Dellacha le encantaba ese calor que irradiaba la estufa y ver el fuego con sus llamas prendidas. Le gustaba tirar troncos a la estufa para que estuviera calentito el salon. “Polilla” se levanta y comenta “esto me tiene podrido, tantas horas concentrados ya estoy cansado, no nos llevan a un cine, alguna “joda” le tengo que hacer a estos dos porteños”. Se fue y al rato volvió con dos frazadas, vigila Machadito me dice “Polilla” que me voy a subir al techo del chalet y le voy a tapar la chimenea. Cuando la tapó entraron varios jugadores y le decían a Dellacha que estaba frío, Cabilia (su ayudante inocente a todo lo que se vendría) agregaba más troncos al fuego, eso era una fogata tremenda y arriba la chimenea tapada con dos frazadas y dos bloques de hormigón por las dudas. Cuando el humo se empezó a notar y no nos veíamos el uno al otro en medio metro, ni abriendo la puerta, Pedro le dice a su ayudante – le agregaste leña verde, porque la leña verde hace retroceder el humo. – No – decía Cabilia – está seca la leña, bien seca. Lloraban los ojos del humo, tosían, era un incendio realmente, acá pasa algo Pedro, esto no puede pasar, salió del salón y tomó una escalera y vio la chimenea tapada.

 

Un entrenamiento de la Selección uruguaya de los ’70 en el Parque Roosevelt.
En pleno trote: Darío Pereira, Nelson Acosta, José María Muníz, Rafael Villazán, “Polilla” De Los Santos, Hebert Revetria y Héctor Roux.

 

-No te dije Pedro esto fue Alfredo el “Polilla”, salí y mirá

– ¿Por donde va a salir el humo? Si está tapada la boca de la chimenea.

Adán Machado le dice – me parece que el “Polilla” no fue porque esta durmiendo .

-¿¿Que va a estar durmiendo?? ¡¡Ese se duerme a las 05:00 a.m. así está todo el dia jodiendo, no le alcanzan las horas diurnas para hacer jodas!!!…   

EL TESORERO

 El tesorero en aquella época se llamaba Jorge Quian, nos pagaba como caballo de ajedrez, saltaba los meses, una sola vez lo hicimos venir hasta la concentración en los Céspedes, nunca había venido a pagarnos ahí. Un día insistimos tanto que tuvo que venir en un triciclo de aquellos antiguos que andaban a paso de tortuga, también en ese momento seguían las podas por el camino Berger que es la calle donde está la entrada a dicha concentración, habían dejado todos los troncos al borde del camino.

El “Polilla” lo mira y le comenta:

-Al fin viniste, así las vas a pagar, no te vas a olvidar de este día. 

-¿Qué querés “Polilla” que venga con todo el dinero a pagarles a ustedes, mira si me roban?  

Era ya de nochecita cuando arribó Quian, así que el camino era muy oscuro, creo que había una sola lamparita en la calle.

El “Polilla” llamó a Adán Machado, al “Tito” Caillava y al “Flaco” Rodolfo Rodríguez que se prestaban siempre a todas las bromas.

-Dale, dale vengan ayúdenme – desde la entrada hasta la Avenida Instrucciones le colocaron todos troncos enormes cortando la calle, más o menos una cuadra y media, cosa que no pudiera ni esquivarlos.

Mientras Quian peleaba con los jugadores diciéndole que no venía nunca más a pagarnos en los Céspedes – esta es la ultima vez, no vengo mas eh!! Téngalo bien en claro, pago en la sede 

-Si – respondía “Polilla” – con lo que te hicimos no vas a venir nunca más, ahora vas a ver, tampoco te queremos.

-Bueno – dice Quian – que pasen bien

Prende las lucecitas de la moto que eran dos velas, no veía nada en esa oscuridad , salió y a los pocos minutos volvió hecho una furia,

– ¿Y ahora cómo paso? ¿Quién me ayuda a sacar estos troncos? No solo no les voy a pagar acá, tampoco en la sede – decia furioso…

Quian era todo un personaje, una persona maravillosa ya que tenía que tener un carácter muy especial para aguantarnos a nosotros en aquellas épocas que no había dinero, cobramos un mes y vivíamos tres, cuando había un rumor que había plata nos dirigiamos a la sede y al entrar al primer piso de la sede  la ventana de tesorería estaba enseguida, no dábamos cuenta si había dinero  o no porque cuando no había él dejaba todas las puertas abiertas, y cuando había entrado dinero todas las puertas estaban cerradas hasta la ventanilla por donde nos pagaba. 

Juan Ramón Carrasco iba y le preguntaba ¿está la plata mia?, o te bajo todos los dientes.

Pagaba o se ligaba una paliza …

 NENE

Fuimos con Nacional a jugar a Porto Alegre, contra el Gremio un amistoso, el Profesor De Leon me puso de lateral derecho para marcar a un negro grandote, me decía: vos marcalo principalmente en los centros.

Yo saltaba con él y le sacaba una cabeza, era tres veces más grande que yo, igual le gane todas por arriba, cuando entramos para el segundo tiempo veo que lo cambian, y entra otro negro chiquitito, llamado Nene, era zurdo, por la punta que yo custodiaba. ¡¡Que baile me dió!!, Yo estaba nublado. Me hacia la boba, venía con la pelota me encaraba y la tocaba por un lado y él se iba por el otro, corría por la pista de tartán, mientras que yo lo quería alcanzar por la cancha, era impresionante de rápido, el “Flaco” Rodolfo Rodriguez me gritaba “Polilla” hace algo:

– ¿Qué querés que haga? ¿Qué querés que haga?

Cuando me doy vuelta ya está levantando el centro, le respondía.

– “Tito” (Caillava) tráemelo por favor lo unico que quiero es pegarle nada más, después me quedo contento. 

– No puedo “Polilla” no lo alcanzo.

La gente ya se reía, el estadio Olímpico  completo no paraba de reírse cuando él me encaraba 

– ¿Te acordas Rafa?

– Como no me voy a acordar si yo estaba al lado tuyo.

Yo ya estaba loco, era el hazmereir del partido, de pronto lo veo otra vez viniendo a encararme con la boba  como toda la tarde, pero esta vez no le sali sino que ya le corté camino saliendo de la cancha y tirándome con ambos pies en la propia pista de tartán.

 ¡¡Lo mate!! Lo hice mierda. 

Quedamos abrazados en plena pista

-Nene me decía  – ¡¡Fico Louco!! 

¿Fico loco?  Voçe no va a jugar más.

– ¿¿Você fico louco??

Después de esa patada criminal me fui para los vestuarios, ni mire para atrás, me fui solito no le di chance al juez de echarme. 

PORTUGAL

En esa gira que estábamos haciendo llegamos a Portugal, a jugar contra el Benfica, uno de los equipos fuertes de ese país. Comenzamos el juego y a los 15’ ya nos habían convertido un gol, a los 20’ el segundo, Julio Montero Castillo, le grita a Rubén Giménez, – ¡¡ Bo, “Toto” Deja de joder!! matalo a este negro, si no te voy a pegar a vos -. Parecía el jugador del Manchester United de la actualidad, Romelu Lukaku, una potencia tremenda. El “Toto” le respondía tranquilo, – ¡¡para, todavía no lo puedo agarrar!! -. Hasta que se dió la oportunidad y el “Toto” con los tapones intercambiables le pega en el muslo y sigue hacia abajo cortándole la pierna hasta la rodilla, la sangre salía a borbotones, ahí se armó una piñata entre los jugadores que duró una hora y media más o menos. Para salir del estadio estuvimos tres horas y media. Aparte de los jugadores entraron al campo de juego 500 personas mas a pelear contra nosotros, agarraban los palos que estaban en los corners y como eso tiene al final un hierro que es donde se clava a la tierra, nos querían apuñalar, fijate nos dice Machado que en 10 segundos caímos por el túnel 40 personas que era todo el plantel incluido técnicos, ayudantes y hasta hinchas de ellos mismos por la avalancha que se produjo.

En ese equipo jugaba un número 10, Joao Alves, que se había ganando el apodo de “Luvas Pretas” porque usaba guantes como cábala, se los había regalado su abuelo y Nelson Agresta se los quiso sacar. También en otro momento del partido el “Flaco” Rodolfo Rodríguez, cuando pasaba el puntero a ejecutar un tiro de esquina de una punta a la otra le hizo una zancadilla que lo metió adentro del arco, fijate que estábamos todos calientes ya que recién iniciado el encuentro íbamos 2 a 0 abajo, ya se venía picando el partido, la gota que desbordó el vaso fue la patada de “Toto”Giménez, era pegar y recibir, empezó en un arco la pelea y terminó en el otro, recuerdo que a Moller le dieron terrible piñazo y yo le gritaba Raúl que levantara las manos para que no le peguen, el respondía – ¿qué querés que haga si te pegan de todos lados? 

No me olvido más, un hincha de pantalón rojo y una camisa color verde, le había pegado a Raúl;  yo mientras se daba vuelta lo tomo de frente, cayo de rodillas y el “Flaco” Rodolfo venía corriendo, le pega una patada con los tapones y le rompió toda la cara, no supimos más de él, quedó tirado en la cancha. Al profesor De Leon le estaban pegando de todos lados y lo salvó Juan Ramón Carrasco.

A Cabilia, el ayudante, lo había agarrado desde el alambrado y lo levantaron, quedó como una cruz, le pegan de todos lados de frente de atrás, las recibía todas sin poder moverse, quedó colgado.

Terminó la pelea y tuvimos que salir después de mucho tiempo con la policía y tirados todos en el piso porque nos apedrearon el bus, fue una salida cinematográfica, pero gracias a Dios pudimos salir con algunos magullones pero vivos…

Al otro día en el almuerzo lógicamente contábamos algunos pasajes de la pelea, 

– ¿Bo Cabilia, que te paso? Ayer no te vimos en la cancha..

– Lo que pasa que no hacía pie, Alfredo vos vistes como me tenían? No hacía pie..

El que sufrió las consecuencias de esa pelea fue Baudilio Jauregui, con una botella le hicieron terrible tajo en la espalda, desde el omóplato hacia abajo, el Dr. Antonio Ferrari lo tuvo que coser sin anestesia y en los vestuarios, le dió 35 puntos. No pudo jugar en toda la gira  

“Hicimos camino al andar, y al volver la vista atrás, vemos esa senda que nunca más se ha de volver a pisar” 

Tenemos nuestra historia, la contamos, con errores y aciertos, los niños hombres que salíamos a jugar en cualquier campo, donde nunca fuimos conscientes del peligro, pero así forjamos nuestra vida, con mas errores que aciertos pero siempre triunfadores, nos inculcaron que 11 siempre pueden más que un estadio repleto, que jugamos por la gloria, fuimos gladiadores de otros tiempos, de otra vida y seguimos de pie para narrarla…  

“Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar”…  (Cantares, Joan Manuel Serrat)   

Escribe: Hebert Revetria

E mail: revetria@tenfield.com

Alfredo de los Santos, Adán Machado, Hebert Revetria y Rafael Villazán.