La cantera nunca falla
Nahuel Herrera, Leandro Umpiérrez y Stiven Muhlethaler, los botijas de la cantera que sobresalieron en la conquista del Torneo Intermedio.
El juvenil Stiven Muhlethaler, y el sagrado beso de gol a la pelota, tras anotar de tiro penal, venciendo a Luis Mejía, que resignado aparece de fondo.
Los de “casa” nunca fallan. Llevan pintados los colores en el alma. En el medio, el hincha y su devoción histórica por ver triunfar a los futbolistas de la propia cantera.
El trabajo en la captación y el desarrollo de jóvenes talentos en las categorías inferiores, que se cumple a diario en la ciudad deportiva Néstor “Tito” Gonçalves -icono y máximo referente de la institución-, tiene como principal objetivo nutrir al plantel superior de jugadores hechos a la medida del “ser” Peñarol.
Y precisamente, los chicos originarios de las inferiores, vaya si resultaron ser decisivos en la conquista del Torneo Intermedio. Brillaron, con luz propia y basta solamente con nombrarlos…
Nahuel Herrera, Leandro Umpiérrez y Stiven Muhlethaler, los tres debutantes en materia de clásicos, realmente cuando las “papas quemaban”, se plantaron demostrando sus condiciones futbolísticas y templanza, dejando a las claras que desde su formación se apuesta a ganador, como así lo indica la propia historia del club.
Nahuel Herrera, fue nominado como el mejor jugador de la cancha. A sus 20 años, es titular indiscutido y considerado un zaguero de clásica estirpe uruguaya. Potente físicamente, de gran anticipo, velocidad, personalidad y guapeza. Que lo colocan en la línea de los grandes defensores que dejaron su huella indeleble en los grandes logros aurinegros, como ser William Martínez, Roberto Matosas, Walter “Indio” Olivera, Nelson “Tano” Gutiérrez, Obdulio Trasante.
Leandro Umpiérrez, debutó en el primero el pasado 31 de marzo por el Torneo Apertura. El maragato de 21 años, se incorporó a las inferiores en la categoría sub 16 y en la pasada temporada en Tercera división -jugaba como enganche-, fue la figura del equipo que se consagró campeón uruguayo. En el clásico, en la decisiva tanda de penales, asumió la responsabilidad de ejecutar el último y no perdonó. Con un derechazo rasante, colocado sobre el palo izquierdo, mandó la pelota al fondo del arco para decretar el triunfo de Peñarol. Dando muestras de enorme carácter y preciada calidad.
Stiven Muhlethaler, se trata de la última “joya”. Es genuino producto de la cantera carbonera. Llegó al club a los 9 años y realizó toda la escalera de formativas. Se trata de un extremo de alta velocidad, habilidad, manejo y excelente pegada de pelota quieta. Sus descollantes actuaciones en el elenco de Tercera, que se adjudicó el último Torneo Apertura de la categoría, le dieron el pasaje al plantel principal. Debutó ante Defensor Sporting, por la segunda fecha del Torneo Intermedio, el 8 de junio y le tocó ingresar en el tiempo extra del clásico. Y en el momento más complejo de la tarde, sacó a relucir su grifa de crack, ejecutando el penúltimo penal de la serie. Se paró frente al experimentado arquero Luis Mejía, le amagó y con su pie derecho acarició el balón que marchó directo a la red, para celebrar con total desparpajo dándole un beso de fidelidad a la pelota de cara a la parcialidad mirasol que se encontraba apostada en la tribuna Amsterdam.
La cantera nunca falla.
