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La elogiable tenacidad de Tabárez




Como si estuviera mirando al futuro, Oscar Tabárez captado en la cancha del Barcelona de Guayaquil, donde esta tarde de martes, el entrenador paró el equipo titular que tiene en su mente para enfrentar a Ecuador.


10 noviembre, 2015
Selección

Como si estuviera mirando al futuro, Oscar Tabárez captado en la cancha del Barcelona de Guayaquil, donde esta tarde de martes, el entrenador paró el equipo titular que tiene en su mente para enfrentar a Ecuador.

Como si estuviera mirando al futuro, Oscar Tabárez captado en la cancha del Barcelona de Guayaquil, donde esta tarde de martes, el entrenador paró el equipo titular que tiene en su mente para enfrentar a Ecuador.

Por Atilio Garrido / Fotografías: Fernando González

Oscar Wáshington Tabárez observó los ejercicios de calentamiento, el “monito” y el entrenamiento de los goleros, sentado en el murete del banco de suplentes de la cancha del Barcelona. El que utiliza, justamente, el equipo local. A su lado se sentó el Dr. Alberto Pan. Conversaron.

Cuando el Prof. Herrera dio por terminado los movimientos, dejó su posición y caminó, lentamente, hacia la mitad de la cancha. Allí reunió a sus “muchachos”. Una breve charla y uno de sus ayudantes, distribuyó chalecos a los titulares. Los suplentes quedaron vestidos de celeste.

Luego, de la misma forma que lo hizo en la cancha de Blooming en Santa Cruz de la Sierra, cuando se puso a rodar la pelota, el entrenador Tabárez se colocó, esta vez, en la zona central del campo. Con el pito en su boca, fue deteniendo las jugadas para brindar nuevas instrucciones. Y esa fue su actitud durante los 40 minutos de la práctica de fútbol.

¿Cuáles fueron sus instrucciones? ¿Qué estrategia ensayó Tabárez para sorprender a Ecuador? Preguntas que quedarán sin respuesta. De la misma forma que lo hicimos en Santa Cruz, procederemos aquí en Guayaquil. Una cosa es ser fiel con la regla número uno del periodismo –“la noticia tiene que salir”- y otra, muy diferente, entregar armar al enemigo revelando una preparación que, por ese motivo y lógicamente, se debe realizar “a puertas cerradas”.