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Las palabras de la “Joya”

Abel Hernández rompió el silencio tras su salida de Peñarol, donde evaluó su pasaje por el club y fue tajante con la dirigencia y la sanidad de la institución.




Abel Hernández en su pasaje por Peñarol.


15 enero, 2024
Peñarol

Peñarol inició el 2024 con muchas bajas de jugadores cuyo contrato se decidió no renovar, como el caso de Abel Hernández, que quizás fue el más sorprendente. Desde su salida, el delantero no dio ningún tipo de declaración, hasta hoy, donde finalmente rompió el silencio.

 

“De Peñarol nadie me llamó finalizado mi contrato, ni el entrenador ni la dirigencia”, dijo Hernández en el programa “100% Deporte” de la radio Sport 890. “Me enteré el 4 de enero por Instagram que no seguía. Antes hacía un gol y los dirigentes me mandaban un mensaje o me llamaban”, confesó el delantero, quien también añadió: “Si me planteaban en diciembre un contrato a rendimiento, lo aceptaba. Yo quería seguir en Peñarol”.

 

La “Joya”, que cuenta con una gran trayectoria internacional, destacándose en clubes como Palermo, Hull City, Internacional de Porto Alegre y Fluminense, entre otros, aún está por definir su futuro y hoy cuenta con opciones del mercado turco y del argentino, siendo este último el que más atrae al jugador. Es que Rosario Central le presentó una buena oferta a Hernández y hasta ya estuvo en comunicación con su entrenador, Miguel Ángel Russo.

 

En Peñarol decidieron prescindir de él y hoy lo que más está necesitando el club es un delantero de referencia y goleador. Con la lesión de José Neris y la incógnita sobre la llegada de Maximiliano Silvera, quien ya fue anunciado como nuevo jugador mirasol, pero aún no ha podido integrarse al plantel, Diego Aguirre tuvo que recurrir a un delantero juvenil para cubrir el puesto en el partido con Newell’s, por la Serie Río de la Plata, que terminó con derrota 0:1. El mismo puesto en el que hace un mes tenía a Matías Arezo y al propio Abel Hernández como opciones.

 

En la última temporada, el delantero campeón de la Copa América 2011 con Uruguay, quien también jugó el Mundial de Brasil 2014 y acumula un total de 29 partidos y 11 goles en su trayectoria con la selección, tuvo un año irregular desde lo físico. Distintas lesiones a lo largo del año le impidieron tener la continuidad esperada en Peñarol, pero aún así, los números de Hernández son buenos: jugó 26 partidos -entre competencia local e internacional, por Copa Sudamericana- y anotó 12 goles, finalizando el año como el segundo máximo goleador del club. Y uno de esos goles -el último, de hecho-, fue clave para que el carbonero pudiera llevar la definición del Campeonato Uruguayo hasta las finales, aunque el campeón terminara siendo Liverpool.

 

Sobre el asunto de las lesiones, el delantero de 33 años hizo autocrítica, al mismo tiempo que criticó a la sanidad aurinegra. “Cuando me tocó jugar fue uno de los mejores años. En lo físico hubo algunas decisiones en las que me apuré, me ganó lo de ser hincha, y en otros casos hubo personas que no tomaron la mejor decisión”, expresó, y agregó: “El día del partido con Defensor tenía el alta de Peñarol y mi doctor personal me dijo que no había forma de jugar, que cualquier movimiento brusco abriría el desgarro de nuevo y estuve a nada de tener que operarme. En ese momento confié mucho más en la sanidad de Peñarol que en mi doctor de toda la vida. Claramente fue un error y ahí pierdo la confianza en la parte médica del club”. 

 

El impacto anímico que generó la recaída de la lesión fue tan profundo que el jugador confesó que llegó a considerar colgar los botines y retirarse de la actividad. También contó que su relación con el doctor Edgardo Rienzi “se tornó áspera” a partir de allí. Sin embargo, según contó Hernández, Darío Rodríguez, quien era el entrenador en aquel momento, logró serenarlo y hacerlo recapacitar.

 

Consultado sobre qué tanto afectó al plantel los cambios frecuentes de técnico, la “Joya fue tajante. “Creo que mucho, sobre todo cuando tenés tres entrenadores en un mismo año, siendo primero, es algo que el jugador no lo entiende. Es complicado, para la cabeza del jugador nos mataba. Aparte, todos los técnicos eran de distinta metodología: Alfredo Arias y Darío eran más de jugar, el fútbol de Diego es más de ir y quizá no teníamos esos jugadores para ese momento. La dirigencia tomó esa decisión y nos afectó”, sentenció Hernández, y concluyó afirmando que “Lo político influyó en el plantel”.

 

Al terminar la entrevista, el delantero uruguayo, a pesar de estar sorprendido por cómo se dio su salida y porque nadie de la dirigencia se comunicó con él, no le cerró del todo la puerta al equipo de sus amores. Consultado por el hipotético escenario en el que Peñarol lo volviera a llamar en las próximas horas o días para evaluar nuevamente su situación, la respuesta de Hernández, tras unos segundos de silencio, fue desde el fondo de su corazón: “Porque es Peñarol, sí, obviamente me sentaría a hablar. Nunca le cerraría las puertas a Peñarol, pero lo veo difícil”.