Las piedras en el camino y la entereza uruguaya
Matías González en la final del mundo de Maracaná (Brasil-1950) en una jugada donde se plasmaba el gol de los brasileros se “tiro de cabeza” y trancó la pelota, evitándolo.
Por su performance en ese partido épico fue bautizado como “El león de Maracaná”
Hay por decenas ejemplos de jugadas de este tipo protagonizadas por uruguayos.
José María Giménez (Josema) en un partido Atlético de Madrid con Getafe solucionó pero por partida doble, trancó con “la pensante” 2 veces.
Nicolás Lodeiro hizo lo mismo en el mundial de Brasil utilizando el recurso antes escrito.
Podríamos seguir hasta la actualidad donde Nahitan Nández realizó la misma acción en la mitad de la cancha en el último partido de Peñarol, este sábado pasado, en el Parque Viera contra Wanderers, en el segundo tiempo, donde no tuvo mayor repercusión porque fue posterior e inmediata a una falta que le cometen a él.
Esa característica es muy uruguaya; no solo eso; sino lo que significa una pelota para nosotros los orientales.
Cuando uno circula por una calle y por detrás de algún auto, camión, o lo que sea estacionado aparece una pelota rodando de vereda a vereda, es inevitable que aparezca un niño, o niña en estos tiempos, detrás de ella para “salvarla de la pisada”; entonces el vehículo debe parar porque el riesgo por ese niño detrás de la pelota no es medido por él mismo, y el tesoro por recuperar la “globa”, no tiene precio.
Todos estos ejemplos anteriores, dan la pauta exacta de lo que significa el futbol para nosotros.
Por continuación del futbolista aparece el entrenador, y es la misma pasión, pero ya es una etapa donde los resultados dependen de muchas variables, pero no es tan directo como estar en contacto con la pelota.
Hace muy poco tiempo (16 de diciembre de 2016) Olimpia de Paraguay contrató al uruguayo Pablo Repetto.
Transcurrido 6 partidos oficiales, lo cesó.
Mucho influye en un grande no tener arranques buenos, y la presión viene de muchos lados; su gente, la prensa, los directivos que lo contrataron hace 2 meses, y algún periodista, que si el Acoso en futbol tuviera sanción en alguna ley, se incrementarían los juicios por dicha causa.
Si jugar fuera fácil, muchos hubieran jugado.
Si ser entrenador fuera fácil, muchos hubieran dirigido.
Con todo el respeto posible, jugar no es fácil, en el profesionalismo.
Dirigir tampoco es fácil, en el profesionalismo, ni cerca.
Otros acontecimientos también ocurren que rodean a un entrenador, pues, cuando debemos hablar muchas veces no lo hacemos. Muy cerca tenemos el “caso” Amaral.
Hablando la gente se entiende.
Distinto es cuando no se tiene la posibilidad de la respuesta.
La carrera de Pablo Repetto, no se estanca en Olimpia. Seguirá.
Al igual que otros colegas que deben dejar su tarea; muy cerca tenemos el caso de Gregorio Pérez, contratado el 23 de diciembre de 2016 y cesado el 8 de febrero de 2017 (2 partidos oficiales), un mes y medio aproximadamente en el Tolima de Colombia. Gregorio mantuvo en alto uno de los principios de cabecera de los entrenadores, no dejarse invadir en áreas técnicas.
Volviendo al inicio de la nota; si el “trancar con la cabeza” es una marca registrada de los futbolistas de Uruguay, el seguir el camino y no detenerse de los entrenadores orientales, es un hecho.
Como en uno de sus ensayos (“Parábolas”); el Escritor, Profesor, Periodista, Ensayista, Filósofo y Político uruguayo José Enrique Rodó; apela a una frase que nos cabe a los entrenadores uruguayos y la reitero……………..
“Quien no avanza, retrocede”