Peñarol a la final
En el Estadio Centenario, Peñarol venció 2:1 a Liverpool, de atrás y en el alargue, por la semifinal del Campeonato Uruguayo. Definirá todo ante Nacional, en dos finales clásicas.
Leandro Umpiérrez abraza a Leo Fernández luego de que este diera vuelta el resultado, desde el punto penal.
Con un bajísimo nivel, pero con la rebeldía y la jerarquía necesaria para dar la cara en el peor momento, Peñarol se clasificó a las finales del Campeonato Uruguayo tras darle vuelta el partido a Liverpool en el alargue. Las finales serán clásicas.
Feroz comienzo del equipo aurinegro, con una presión asfixiante y mucha verticalidad en su juego. Sin embargo, solo duró un puñado de minutos. Luego, bajó el ritmo considerablemente y Liverpool pasó a dominar en todos los aspectos del juego. El planteo de Diego Aguirre, con tres volantes centrales, no fue efectivo y no cumplió la función de contención. La batalla de la mitad de la cancha se la ganó Joaquín Papa, con un equipo dinámico y una circulación rápida, prolija y aceitada. Liverpool se sintió mucho más cómodo que su rival y, su mejor posicionamiento, le permitió ganar las segundas pelotas, así como recuperar la posesión en el sector ofensivo.
Por momentos, Peñarol se vio abrumado y nervioso, sin ideas y desconectado en todas sus líneas. Algunos errores en salida le pudieron costar muy caro y el equipo no logró mantener la posesión. Sin embargo, a pesar de la superioridad que impuso en el juego, Liverpool tuvo como gran deuda su falta de resolución. No logró concretarlo en situaciones claras de gol, más allá de algún cabezazo de Abel Hernández. De hecho, justo antes del descanso, la jugada más clara la tuvo Peñarol, con un remate de Matías Arezo que pegó en el horizontal y que dejó al borde de la euforia las gargantas aurinegras.
En el complemento, el viento del partido cambió tras la expulsión de Enzo Castillo por doble amarilla. A partir de ahí, la fricción aumentó y el partido se jugó poco, producto de las constantes faltas y los reclamos contra el arbitraje. Con el hombre de más, Peñarol encontró aire y posesiones más largas, pero careció de profundidad y se encontró con un Liverpool replegado y cerrado en el fondo. La inexplicable salida de Maximiliano Silvera, además, le quitó poder ofensivo al Carbonero que, más allá del disparo de Arezo en la primera parte, no pateó al arco.
Con el paso de los minutos, las piernas comenzaron a cansarse y los equipos se partieron, buscando el contraataque ideal que les diera el ansiado gol. Pero el gol nunca llegó y, con una diferencia marcada en el aspecto físico entre los dos, el partido se fue al alargue.
Y allí, donde dos años atrás convirtió el gol agónico, Abel Hernández volvió a aparecer, pero esta vez con la camiseta de Liverpool. De cabeza, en el primer minuto del alargue, la “Joya” se convirtió en verdugo y puso a festejar a todos los hinchas negriazules. La desesperación de Peñarol se hizo palpable y los hinchas, entre rabia y angustia, comenzó a bajar gritos de reclamos hacia sus jugadores, que fueron con todo hacia el ataque en busca del empate. Y para eso, el ingreso de García fue clave.
García le proporcionó a Peñarol lo que al equipo le faltó en todo el partido: remate. Con el primero, avisó y Lentinelly respondió. Pero en el segundo, con una pegada digna de los mejores rematadores, la pelota se clavó en el ángulo y el Estadio Centenario explotó en una mezcla de festejo y desahogo. Peñarol empató el partido y, empujado por el envión anímico, no se conformó. Doblegó y metió al rival -extenuado, pero aguerrido- dentro de su propia área. Y en medio de la insistencia, a base del amor propio, pero de nulo fútbol, Peñarol consiguió un penal agónico.
Leo Fernández agarró la pelota y pateó de manera estrepitosa, facilitándole la atajada heroica a Lentinelly. La desesperación volvía a atormentar a los hinchas carboneros, pero una revisión del VAR les dio una nueva bocanada de aire: Lentinelly se había adelantado y el tiro se repitió. Y esta vez, Fernández no perdonó, con un tiro seguro -al medio y arriba-, que marcó el 2:1, la victoria agónica y un enorme alivio para todo Peñarol, que en cuestión de minutos pasó de la desgracia a la euforia.
Peñarol, a la final.
CAMPEONATO URUGUAYO 2025
SEMIFINAL
DOMINGO 16 DE NOVIEMBRE
LIVERPOOL 1:2 PEÑAROL
Cancha: Estadio Centenario.
Juez: Andrés Matonte. Asistentes: Horacio Ferreiro y Martín Soppi.
Cuarto árbitro: Bruno Sacarelo. VAR: Antonio García, Yimmi Álvarez y Santiago Fernández.
LIVERPOOL: Sebastián Lentinelly, Kevin Amaro (90+1′ Facundo Perdomo), Martín Rea, Enzo Castillo, Lucas Suárez, Martín Rabuñal, Lucas Acosta (72′ Franco Catarozzi), Gonzalo Nápoli (101′ Lucas Wasilewsky), Manuel Castro (56′ Santiago Milano), Abel Hernández (101′ Renzo Machado) y Nicolás Vallejo (101′ Francisco Bregante). Director técnico: Joaquín Papa. Suplentes: Emiliano Márquez, Gonzalo De Mello, Ezequiel Forclaz y Nahuel Soria.
PEÑAROL: Brayan Cortés, Pedro Milans (91′ Stiven Muhlethaler), Javier Méndez (95′ Lucas Hernández), Nahuel Herrera (102′ Emanuel Gularte), Maximiliano Olivera, Ignacio Sosa (102′ Jaime Báez), Jesús Trindade, Eric Remedi (65′ Leandro Umpiérrez), Leonardo Fernández, Maximiliano Silvera (85′ Diego García) y Matías Arezo. Director técnico: Diego Aguirre. Suplentes: Martín Campaña, Kevin Rodríguez, Gastón Silva, Lorenzo Couture.
GOL: 90+2′ Abel Hernández (L), 103′ Diego García (P), 115′ Leonardo Fernández (P).
Tarjetas amarillas: 4′ Enzo Castillo (L), 35′ Kevin Amaro (L), 43′ Martín Rabuñal (L), 45+1′ Nahuel Herrera (P), 53′ Enzo Castillo (L), 60′ Eric Remedi (P), 76′ Javier Méndez (P), 77′ Pedro Milans (P), 90+4′ Lucas Suárez (L), 113′ Martín Rea (L), 113′ Franco Catrozzi (L).
Expulsado: 53′ Enzo Castillo (L).
DEFINICIÓN
En caso que al término de los 90 minutos el partido finalice empatado, se jugará un alargue de 30 minutos. De persistir la igualdad, se ejecutarán tiros penales, sistema FIFA.
*El ganador se enfrentará a Nacional, en las finales del Campeonato Uruguayo, programadas para el domingo 23 y domingo 30 de noviembre.
