Los grandes aciertos de Aguirre
El entrenador aurinegro, volvió a tomar determinaciones que se volvieron tan decisivas como si estuviesen predestinadas.
Diego Aguirre, el conductor de la ilusión, con la bandera de las once estrellas de fondo, todo un símbolo del presente ganador de Peñarol.
Peñarol llegó a una instancia decisiva en la temporada, en la que se vio ante tres compromisos casi que determinantes: el clásico ante Nacional por el Campeonato Uruguayo, y los dos partidos frente a Racing de Avellaneda por los octavos de final de Copa Libertadores. Tres desafíos, a prueba de fuego en solo diez días, después de un parate importante.
Por el momento, Peñarol ya jugó dos de esos tres partidos cruciales, y los ganó. Otra vez, de la mano del gran causante, Diego Aguirre, el aurinegro superó sus dos primeras pruebas con éxito, aunque, todavía le falta la revancha ante Racing en Buenos Aires.
Previo a estos dos primeros encuentros trascendentales, surgieron polémicas, conjeturas y mucha incertidumbre en el plantel de Peñarol de cara al segundo semestre. Desde la eventual llegada de un arquero, las urgencias por contratar a futbolistas para determinados puestos, y el ida y vuelta que se generó con el regreso de Matías Arezo. Es decir, entre tantas suposiciones y tan pocas precisiones, el mercado de pases para el aurinegro se volvió atípico, con más dudas que certezas.
Por todas estas contrversias y altercados, que se llevaron a cabo, me quiero detener en las decisiones futbolísticas que tuvo que tomar Aguirre sobre la marcha, que se volvieron tan decisivas como si estuviesen predestinadas.
BRAYAN CORTÉS, LA PRUEBA DE FUEGO
Después de un sinfín de polémicas, finalmente, el guardameta chileno llegó a un equipo de Peñarol, que venía de sufrir momentos bastante críticos con sus arqueros. Tras la salida de Washington Aguerre, al aurinegro le costó encontrar a su reemplazante ideal. Ni Guillermo De Amores ni tampoco Martin Campaña colmaron las expectativas y no brindaron las garantías necesarias. Por lo tanto, el club, en conjunto con el propio Aguirre, optaron por ir en busca de un nuevo sustituto.
Brayan Cortés, desconocido para muchos, llegó con grandes referencias y para ser titular en el arco de Peñarol. Pero ello, no le quitaba presión a la hora de ser evaluado por su propio cuerpo técnico y por los hinchas. La afición aurinegra estaba desconfiada por el rendimiento de sus últimos arqueros. Por ende, la llegada de Cortés, trajo consigo algo de sospecha en los hinchas, que vacilaron sobre una supuesta actuación esperando como agazapados para conceptuarlo con lupa en cada movimiento.
Para Aguirre, tampoco era una decisión sencilla. Sin embargo, el entrenador tenía sus argumentos muy claros y no le tembló el pulso a la hora de optar por el arquero chileno, quien hasta ahora, respondió con muy buenas actuaciones. Con personalidad y carácter, mostró el temple necesario y brindó seguridad para un arco colmado de responsabilidad. Superó las primeras dos pruebas de fuego con éxito y demostró estar preparado para asumir desafíos con clase y carácter. Primer acierto de Aguirre.
GULARTE, READAPTADO AL LATERAL
Emanuel Gularte, llegó para ser el zaguero titular de Peñarol. Sin embargo, la lesión de Pedro Milans llevó a Diego Aguirre a tomar la decisión de readaptarlo como lateral derecho. Casi como emulando a aquel equipo de Peñarol que dirigió en 2011, cuando optó por la misma determinación con Alejandro González.
Lo cierto, es que el rendimiento de Gularte como lateral derecho generaba más incertidumbre que certezas. Sin embargo, otra vez, Aguirre fue quien apostó por esta determinación y jamás dudó. El entrenador, tenía muy claro lo que el jugador podía aportar en el puesto y confió desde un comienzo en sus condiciones. Y vaya si le respondió.
Gol, asistencia y figura en el clásico. Aquellas conjeturas previas, rápidamente, se transformaron en aplausos y garantías. Pero no solo eso, sino que su gran actuación, terminó solucionando un dilema que se había generado en el puesto, ante la ausencia de Milans. Gularte, hoy, se afianzó como lateral derecho en tan solo dos partidos.
Fue otro de los grandes aciertos de Aguirre ante una multitud de ausencias, lesiones e interrogantes.
CONFIANZA PARA MÉNDEZ
La ausencia de Pedro Milans por lesión, y la reconversión de Gularte al lateral derecho, paradójicamente, llevó a Diego Aguirre a decidirse por sostener a Javier Méndez como zaguero central. ¿Cómo repercutió esta determinación? Méndez, se transformó en pilar y en una de las grandes figuras en el primer duelo ante Racing de Avellaneda. Otra sensatez del técnico mirasol.
Méndez, es un zaguero muy fuerte en duelos aéreos y rápido para anticipar a los rivales. Además, es inteligente y dinámico para el retroceso táctico; lee muy bien los tiempos y distancias para decidir el momento justo de cuando salir a presionar. Este aguerrido zaguero central, hace provecho de sus recursos para anticipar cada jugada del rival y para presionar individualmente sin dar respiro al contrario.
Es un futbolista que cuenta con una personalidad extra y un carácter especial. Se podría decir que, Méndez, cuenta con la esencia de los jugadores elegidos por Aguirre y le calza a la perfección su rol, porque se desvive en cada jugada, contagia y empuja a nivel colectivo. Demostró ser un referente y un “capitán sin cinta”. Nuevo acierto de Diego Aguirre.
JESÚS TRINDADE, SIN ADAPTACIÓN PREVIA
Llegó ante una gran oportunidad de demostrar como titular en el clásico ante la ausencia de Eric Remedi, quien estaba expulsado y debía cumplir una sanción. Aguirre, no dudó y lo mandó a la cancha ante Nacional, sin importar sus antecedentes. Prácticamente sin tiempo de adaptación, el volante central le demostró a su entrenador que no se había equivocado en confiar en él.
Como si pareciera que nunca se hubiese ido de Peñarol, Trindade se puso la camiseta aurinegra de cara al partido clásico en su regreso, y jugó bárbaro. En un partido donde al aurinegro les salió todo bien, Trindade fue de los mejores.
Fue tan bueno su rendimiento en el clásico, que obligó a Aguirre, de cara al partido ante Racing por Copa, a mantenerlo en el equipo titular, pese al regreso de Remedi. El entrenador aurinegro, se las ingenió para adaptar una estrategia con ambos volantes centrales en cancha.
REMEDI, UNA GARANTÍA
La exuberante actuación que tuvo Jesús Trindade en el clásico ante Nacional abrió la polémica de cara al partido con Racing. ¿Qué va a pasar en zona media cuando regrese Remedi? ¿Quién sale cuando el argentino cumpla su sanción?
Ante tantas vacilaciones, Aguirre se las ingenió para darle un giro a su estrategia táctica. Finalmente, el técnico mirasol se la jugó por Remedi, pero sin sacrificar a Trindade. En definitiva, optó por colocar a los dos juntos como volantes centrales y por recostar a “Nacho” Sosa sobre la banda izquierda, con el fin de detener los avances de Gastón Martirena.
¿Qué repercusión tuvo esta determinación de Aguirre? Remedi, terminó siendo un bastión ante Racing en zona media. Fue una de las grandes figuras de Peñarol y, otra vez, Aguirre se quedó con la razón.
SOSA, EN UNA FUNCIÓN ESTRATÉGICA
Después del exuberante partido clásico que jugó Ignacio Sosa como volante central, llamativamente, para el duelo ante Racing, Diego Aguirre lo colocó como mediocampista interno sobre la banda izquierda. ¿El objetivo? Frenar los avances de Gastón Marinera por ese sector. ¿Cómo salió la apuesta del técnico? Bárbaro. Porque “Nacho”, prácticamente anuló a Martirena, quien acostumbra constantemente a sumarse a las jugadas de ataque de su equipo, y ante Peñarol casi no influyó.
Es cierto, que Racing atacó poco. Pero también es cierto, que mucho tuvo que ver lo limitado que jugó el futbolista uruguayo, debido a la marca personal sometida por “Nacho” Sosa. Martinera, tuvo esporádicas participaciones ofensivas y, ello, fue fiel reflejo de la estrategia de Aguirre para limitarle a su rival a una de sus armas letales en ataque.
TERANS, LA GRAN APUESTA
La lesión de Leo Fernández, en el transcurso del primer tiempo, obligó a Diego Aguirre a tomar una decisión imprevista y clave. Se trataba de buscarle rápidamente un reemplazante nada menos que a su estandarte y mejor jugador. Para muchos, quizás, el nombre de la variante se despejaba por sí sola, teniendo en cuenta las similares características con las que cuenta David Terans. Sin embargo, la decisión no era tan simple. Porque Terans, hasta ayer, no había demostrado ser el jugador diferente que fue a buscar Peñarol o el jugador que supo destacar en su primera etapa en el club.
Sin embargo, el entrenador aurinegro, volcó toda su confianza en él sabiendo que, pese a su irregularidad, es un futbolista de categoría y de jerarquía. Terans, es un futbolista diferente, que cuenta con las condiciones ideales para destacar en ofensiva y para tomar el rol de creador de fútbol de Peñarol.
Aguirre se la jugó por Terans y el futbolista no le defraudó, sino todo lo contrario. Ingresó colmado de energía, de actitud, contagiado, con ganas de demostrar y con una confianza extra. A su gran actuación, la decoró nada menos que con el único gol que tuvo el partido. Con el gol que le terminó dando el triunfo a Peñarol.
Diego Aguirre, convencido de su metodología y con un propósito firme, otra vez, como tantas otras veces, volvió a asumir el compromiso de ser el principal responsable de poder encontrarle la forma a Peñarol para salir adelante en situaciones decisivas. Además de su identificación, de su mística, de su adhesión y de su apego, otra vez, volvió a tomar decisiones futbolísticas, que se volvieron tan claves como si estuviesen predestinadas.
