Luis Artime, el goleador empedernido
Luis Artime, hoy a los 76 años de edad.
Luis Artime, hoy a los 76 años de edad.
Era un goleador empedernido y era una época en que venían a jugar a Uruguay futbolistas extranjeros entre los mejor cotizados del Mundo. Artime, nacido en Mendoza, era -sigue siendo- el record de promedio de goles por partido con la Selección Argentina, jugó 25 partidos e hizo 24 goles. Había hecho tres en los cuatro partidos de Argentina en el Mundial de 1966, había sido goleador del Campeonato Argentino dos veces con River Plate y una con Independiente y también con Independiente goleador del Metropolitano. Había sido el goleador de la Selección Argentina en la Copa América de 1967.
Con Nacional ganó todo. En el trienio 1969-1970-1971 fue, además de Campeón Uruguayo, goleador de los tres Campeonatos con 24, 21 y 16 goles respectivamente y ese año 1971 fue también Campeón de la Copa Libertadores, de la Intercontinental y al año siguiente de la Interamericana.
El profe De León decía que Artime era literalmente inmarcable, al punto que decididamente no había que intentar marcarlo. “¿Cuántas pelotas toca Artime por partido?” se preguntaba. “Tres”, se contestaba a sí mismo. “¿Y cuántos goles hace por partido?”. “Dos”. “Entonces si la toca estamos liquidados. No hay que marcarlo. Tenemos que marcar a la pelota para que no le llegue a Artime”.
Juan Carlos Mamelli y Hebert Revetria coincidieron en señalar que lo que más admiraban de Artime -el futbolista del puesto de ellos que más admiraban- era la paciencia para buscar la oportunidad del gol. Poseía una intuición o una ciencia excepcionales para ubicarse dentro del área en el lugar preciso al que iría la pelota, para con un disparo certero, un toque corto o un golpe de cabeza mandarla a guardar.
Luis Artime volvió a Montevideo por unos días, participó de una cena en un restaurante de la rambla de Pocitos junto a otros campeones tricolores de aquellos años y allegados, donde se juntó con Manga, Angel Brunel, Juan Carlos blanco, Juan Mujica, Ildo Maneiro, Juan Carlos Mamelli, Hebert Revetria, Víctor Espárrago, Ignacio Rospide, el doctor Suero, Ruben Bareño, Juan Duarte y Atilio Garrido.
“Pocitos fue uno de los lugares preferidos donde vivimos, cerca de la plaza Gomensoro, en Roque Graseras. También vivimos en la rambla Wilson. Fueron tres años espectaculares. Después nos fuimos a Brasil, a Fluminense, en 1972 y en el 73 volví un año más a Nacional, donde me retiré como futbolista. Antes había estado en Palmeiras. Pasamos también muy bien en Brasil, pero en Uruguay fue lo mejor, porque además fue lo mejor de mi carrera profesional. Nos hubiésemos quedado. Nos volvimos a Moreno (Gran Buenos Aires, Argentina) por la familia”.
Luis Artime hoy vive con su señora, con la que recuerda el Montevideo de fines de los años sesenta y principios de los setenta con gran cariño y con una extensa familia. Tienen tres hijos; uno de ellos Luis Fabián jugó al fútbol con suceso -fue capitán y el máximo goleador de la historia de Belgrano, con 94 goles y el que más partidos jugó en ese club, 336-, y seis nietos, el último recién nacido de Luis Fabián, quien ya tiene cincuenta años.
“En Brasil, estuvimos en San Pablo, en Río, pero como en Uruguay nada, si no hubiese sido por la familia nos quedábamos acá toda la vida”.
Llegaron al Sheraton el miércoles y los Artime se fueron el viernes. En Che Montevideo rieron recordando anécdotas del Nacional del Pulpa Etchamendi y de muchos años de historia, como por ejemplo de aquel partido del Sudamericano del 67 en que Carlos Paz sustituyó a Montero Castillo y al minuto tiró a Pinino Más para adentro del túnel o de un jugador al que nombraron para que negociara los premios del plantel con los dirigentes, y cuando salió de la reunión le preguntaron si había arreglado. “Sí, sí, está todo arreglado, lo mío ya se arregló y lo de ustedes la semana que viene”. O cuando Revetria dejó pasar una pelota de gol en el área y el Pulpa le recriminó “¿Y…?”. “Es que no la esperaba”, contestó Revetria. “¿Y qué esperabas…? Nunca más dijo que no la esperaba.
El reencuentro. Así se denominó la reunión. Homenajes en vida a glorias de Nacional y del fútbol uruguayo aunque Artime es argentino y Manga brasileño. No todos los compañeros pudieron asistir y algunos ya no están, pero la visita de ambos merecía un reencuentro.
El inolvidable “Artillero” Artime. Estuvo de visita en nuestro país.
