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Manicera, Sanfilippo, Nacional y aquel gran equipo que pudo ser y no fue




Nacional a la semifinal ante Peñarol. Manicera es el cuarto parado desde la izquierda.


9 octubre, 2012
Columnistas Pelota al medio

No terminó bien para Nacional aquel 1962. Tampoco para Jorge Manicera. A pesar de la eliminación en las semifinales de la Copa Libertadores, continuó a Hugo Bagnulo como entrenador logrando, a la semana siguiente de ese contraste, el título de Campeón de la Copa Competencia al empatar el clásico ante Peñarol 1:1, con Jorge Manicera como back derecho.

Nacional a la semifinal ante Peñarol. Manicera es el cuarto parado desde la izquierda.

Luego, colocado en la posición de zaguero izquierdo, No. 3, Manicera ocupó esa plaza formando pareja con Horacio Troche en los cinco primeros partidos de la Copa Uruguaya de 1962. Después desapareció durante el resto del año –¿tal vez una lesión?–, quedando marginado del equipo con Emilio “Cococho” Álvarez en ese lugar. Peñarol ganó el Campeonato Uruguayo logrando el primer Quinquenio de Oro en la historia del club. Sin embargo, el fútbol uruguayo estaba en “otra cosa”. Peñarol no realizó festejos, ni su parcialidad celebró rotunda y ruidosamente esa conquista. Apenas algún titular perdido en los periódicos, con la alusión al quinquenio. Pero, nada más… Todos, absolutamente todos –dirigentes, jugadores, entrenadores, periodistas y público–, pensaban en el nivel internacional. La Copa Libertadores y la Intercontinental eran el desvelo de la gran mayoría. ¡Es que esas conquistas, entonces aparecían como accesibles si se tiene en cuenta que de las tres ediciones en que ambos trofeos estuvieron en disputa, los aurinegros habían conquistado dos Libertadores y un título de Campeón del Mundo de clubes!

PERDER CON PEÑAROL Y SALIR CAMPEÓN

Para la temporada de 1963 los albos desarrollando el segundo año de la presidencia del Dr. Eduardo Pons Etcheverry, realizaron una apuesta con la contratación del técnico brasileño Alfredo Moreira conocido popularmente como Zezé. Había sido jugador en su época y luego un muy destacado director técnico. Condujo a la Selección de Brasil desde 1952 cuando se consagró Campeón del Panamericano de Chile, hasta 1955 incluyendo la participación en la Copa del Mundo de Suiza en 1954. Tenía 46 años y conceptos muy claros sobre el fútbol y su avance hacia la modernidad.

Cuando llegó en aquel mundo en el cuál nadie soñaba con la globalización actual, preguntó las características del Campeonato Uruguayo y su forma de disputa. Los dirigentes lo pusieron al tanto de los reglamentos y el potencial de los diez equipos que conformaban la Primera División. Una vez conocidos estos detalles, la respuesta de Zezé los dejó atónitos:

-“Para lograr el título de Campeón hay que ganarle a los nueve equipos ‘chicos’. Los partidos ante Peñarol se pueden perder…”

Reubicado por Zeze Moreira nuevamente como zaguero derecho, No. 2, Jorge Manicera tuvo cierta continuidad en el primer semestre del año reiterando el título de Campeón Competencia al vencer a Peñarol 1:0 con gol del centrodelantero brasileño Enrique Frade, el único jugador que Zezé pidió que fuera contratado. El atacante tenía 28 años, había sido una de las figuras del Flamengo –aún hoy es el tercer goleador del club–, y había jugado en la selección de Brasil desde 1956 no participando en el mundial de 1958 por un esguince de tobillo que permitió la convocatoria de Mazzola. Era un jugador internacional, de trayectoria, lo que ratifica una vez más el nivel que tenía aquel fútbol uruguayo. ¿En la actualidad, alguna institución de nuestro medio podría incorporar a sus filas a un futbolista de estas características y trayectoria?

Luego del Competencia, al iniciarse la Copa Uruguaya, el entrenador prefirió a Edgard Baeza como zaguero derecho, quedando Manicera fuera del equipo.

Esta ausencia de Manicera bien puede ser explicada por una frase que el protagonista dejó en la biografía escrita por Juan Cabarro en “Estrellas Deportivas”, el 26 de setiembre de 1979, referida a las condiciones de Zezé Moreira.

-“Era muy capaz, pero cada vez que me llegaba la pelota se enloquecía”, dijo Manicera al analizar cada uno de los entrenadores que lo habían dirigido.

Aquel equipo armado por Zezé cortó la racha de triunfo locales de Peñarol al consagrarse Nacional Campeón Uruguayo con un equipo base formado con Sosa, Baeza y Emilio Álvarez; Modernell, Eliseo Álvarez y Mario Méndez; Oyarbide, Bergara, Frade, Douksas y Domingo Pérez. El éxito local fue conquistado tal y como Zezé lo había anunciado. Nacional perdió los dos partidos clásicos (0:1 y 1:2), pero acumuló una diferencia de puntos antes los clubes “chicos” que le permitieron llegar primero en la tabla de posiciones. Las dos recordadas derrotas de Peñarol ante Racing donde brillaba el argentino Callá, más algún otro empate –con Wanderers, por ejemplo–, determinaron que los aurinegros no pudieron alcanzar el sexto título local al hilo.

MANICERA TITULAR EN 1964 Y SANFILIPPO

El año 1964 arrancó esperanzador para las huestes albas. Zezé permaneció en el cargo. Nacional participó en la Copa Libertadores como representante de Uruguay por su condición de Campeón en la temporada anterior, sin realizar contrataciones de primera línea para reforzar el equipo. Nuevamente, como había ocurrido al comienzo del año anterior, Zezé confió en Manicera la titularidad como zaguero derecho. Así ocurrió en tres de los cuatro primeros partidos del grupo de la Libertadores ante el Aurora de Bolivia en Cochabamba y Cerro Porteño en Asunción. Los albos ganaron la llave cuyos partidos culminaron a comienzos de mayo, clasificando para las semifinales de la Copa Libertadores ante Colo Colo fijadas para mediados de julio.

En la segunda semana de mayo de 1964 apareció en las páginas de “El Diario” una información: “Boca ofreció a los albos la transferencia de Sanfilippo”. En la misma se daba de cuenta de una pelea a golpes de puño entre el famoso jugador argentino y el técnico alterno Deambrosio –ayudante de Adolfo Pedernera–, y la decisión del presidente boquenses, Alberto J. Armando, de desprenderse del jugador vendiéndolo a un club del exterior ya que, en otra institución de Argentina, la presencia de Sanfilippo podía resultar un verdadero “bommerang”.

MANICERA ENFRENTADO A “EL NENE”

Aprovechando el largo paréntesis Nacional marchó de gira hacia Europa llevando en su plantel a José Francisco Sanfilippo. Como integrante de la delegación viajó Jorge Manicera, titular aquel 14 de mayo en Nuremberg cuando debutó “El Nene” –así apodaban a Sanfilippo–, con la blusa alba. Sosa, Manicera y Emilio Álvarez; Ramos, Eliseo Álvarez y Méndez; Domingo Pérez, Douksas, Petronilo Acosta, Sanfilippo y Urruzmendi integraron el equipo que empató 1:1 con el local alemán. Como ocurrió con varios integrantes de aquel plantel, la excéntrica figura de Sanfilippo generó situaciones comprometidas y enojosas con los propios compañeros, entre ellos con Jorge Manicera. De ánimo tranquilo, reacio a las estridencias, recién en la biografía citada, Manicera se refirió a esos conflictos.

-“Como jugador Sanfilippo era magnífico –declaró Manicera–. Pero cero como persona. Recuerdo la gira por Europa en 1964, en la que jugamos 13 partidos y perdimos uno solo en la Unión Soviética, con 43 grados de temperatura. Incluso en Moscú le ganamos al famoso Dínamo. Con Sanfilippo se tenía siempre la seguridad de que a los quince minutos había un gol a favor… Lástima que no se supo ubicar. Claro, venía como figura y quería ser la estrella. El primer problema lo tuvo conmigo. Levantó los brazos en gesto de desaprobación porque no le pasé la pelota. Fue la única y última vez que lo hizo, luego de una conversación en que le hice ver algunas cosas. Pero mire que de aquel plantel de Nacional eran varios los que no se hablaban con Sanfilippo. Y tengo entendido que lo mismo pasó en todos los equipos en que estuvo”.

LA FRACTURA DE SANFILIPPO

Al retornar de la gira Nacional jugó un partido amistoso ante Colón de Santa Fé para presentar ante su público a la nueva estrella. Manicera continuaba de titular como zaguero derecho, en tanto el juvenil Rafael Leites había ingresado de centrodelantero, pedido por el propio Sanfilippo que esa tarde convirtió cuatro de los cinco goles marcados a Colón. Luego Nacional le ganó de visita a Colo Colo 4:2 con dos goles de Sanfilippo, el primer partido de las semifinales de la Libertadores. Como existían dos semanas sin actividad, previas a la revancha ante los chilenos en Montevideo, los albos programaron un nuevo partido amistoso, esta vez frente a los brasileños de Vasco da Gama.

-“Ganábamos fácil dos a cero –contó José Urruzmendi en “Habla la Historia” que se emite por VTV–, y Sanfilippo no quería salir sin marcar su gol. Los tantos los habíamos marcado Eliseo Álvarez y yo. Faltaba poco para terminar, algo así como quince minutos y él no quiso el cambio que Zezé quería realizar. En una pelota por la izquierda me voy por la banda, llego al área grande, me frenó y doy vuelta. Le paso la pelota para atrás a Sanfilippo que entraba. Lo trancó Fontana y en esa incidencia se fracturó la pierna”.

Con Sanfilippo en condiciones nadie dudaba que era muy difícil que Nacional perdiera el título de Campeón de la Copa Libertadores en las finales contra Independiente. Es más, aquel Nacional pudo escribir una historia gloriosa si esa fatalidad o el destino, no le hubieran jugado tan mala pasada. La historia futura de la Copa Libertadores que encumbró definitivamente a Peñarol en 1966, bien pudo ser otra con Sanfilippo intacto. Y así también lo pensaba Manicera.

-“Aquel pudo haber sido un gran equipo son Sanfilippo. Pero, lamentablemente, la fractura que lo radió de la actividad impidió que se concretara”, sostuvo Manicera en la nota citada.