“Maracaná –La Película”, el inmenso sentimiento de nuestras vidas
La pantalla gigante, inédita para nuestro país, en la que se proyectará Maracaná - La película, instalada en el Estadio Centenario.
Maracaná, estigma de las entrañas del fútbol. Sentencia máxima de la historia. Tajo profundo en el vientre de Brasil y en las venas del corriente sanguíneo de los uruguayos. No importa haberlo vivido. Alcanza que el certificado de nacimiento diga “Oriental”, para que, lejos de los estudios magisteriales, desde niño se aprenda a saber el significado de Maracaná.
La pantalla gigante, inédita para nuestro país, en la que se proyectó Maracaná.
No es solamente el nombre de un Estadio. En el apellido de un hecho épico. Si en la Playa de la Agraciada, 33 Orientales desembarcaron con la incontenible fuerza del sentimiento de libertad, aquel histórico 19 de abril de 1825 -en una cruzada sin igual-, en Maracaná, once orientales plantaron bandera y se juramentaron ser nada menos que CAMPEONES DEL MUNDO, desafiando toda adversidad y hasta el descreimiento de sus pares, cambiando la espada por una pesada pelota de fútbol.
Una historia que el tiempo hizo recorrer entre márgenes familiares, de abuelo a padre, de padre a hijo. Pero hoy nos encontramos de frente con la posibilidad de correr el velo de esa epopeya. Hay hechos desconocidos. Vivencias que nos hicieron conocer la historia por dentro con detalles impensados. “Maracaná la historia secreta” es un libro que envuelve, con soberbia puntualidad, cada hecho. Nos hace transitar por un laberinto donde las sorpresas son constantes, donde realmente encontramos las luces más escondidas de esa conquista que trascendió la misma historia de los mundiales, para instalarse en el iluminado pedestal del nunca más.
En las entrañas del avión quedan fantasmas de una historia nunca contada.
Porque Maracaná no habrá otro. Hay cientos de razones para reconocerlo como la marca perenne que lleva el fútbol como estandarte supremo. Lo hemos podido conocer a través de la investigación de Atilio Garrido. Pero más allá de la literatura y fotos en blanco y negro, está la posibilidad que ahora todo tome movimiento, se vuelva vida.
Por eso hoy fue un día tan especial. Porque los que aprendimos que la vida no está llena sólo de Próceres que lucharon por escribir la historia de nuestra independencia, de este Uruguay libre y soberano, están los otros Próceres, los que nos llenaron el alma de admiración. Esos hombres que desafiaron hasta la incredulidad de los propios uruguayos.
“MARACANA – LA PELÍCULA”. Esfuerzo de profesionales que, abrazados por la misma pasión, pusieron en escena lo que es felicidad de todos. La posibilidad de observar en vivo y en directo la realidad del laberinto histórico que terminó desembocando, como lava hirviente, el 16 de julio de 1950, para dejar la marca indisoluble de un hecho que encendió el fuego sagrado de la gloria y quemó los cimientos de un país futbolero como Brasil.
Sesenta y cuatro años después, tuvimos la posibilidad de no imaginarnos más nada. De ver más allá de la historia contada por el abuelo o vivida por nuestros padres. Nos sentamos ante una pantalla nunca vista en Uruguay, para que cada fibra de nuestro cuerpo se entremezclara con las escenas que nos transportaron en el tiempo, como si fuera un exquisito viaje al pasado.
¡LA HISTORIA SALIO DEL OSCURO TÚNEL DEL TIEMPO!
Alcides Edgardo Ghiggia dejando el túnel para salir al escenario del fútbol, como postal del significado que tiene “Maracaná, la película”
