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“Marujo” Otero; “Nacional es favorito pero piensa en el 5:0, ganan Rampla y Peñarol”




Marcelo Otero, en el estadio Olímpico, escenario que lo vio crecer y formarse como futbolista.


8 noviembre, 2014
Fútbol Uruguayo Primera

Marcelo Otero, “Marujo”, a los 43 años, clásico de Peñarol en  el Quinquenio, vive el gran partido en un fin de semana recargado por su Rampla Juniors y Cerro, el gran desafío del barrio que siempre lleva en el  alma. El juego del domingo, sus recuerdos, Alvaro Gutiérrez de compañero en la Copa América del ’95, Zalayeta, “Tony” Pacheco, los experimentados,  el presente y futuro de Jonathan Rodríguez,  su visión del choque histórico. “Nacional es el favorito, juega mejor, dejando de lado el corazón, pero con Peñarol nunca se sabe, es Peñarol…”

Marcelo Otero, en el estadio Olímpico, escenario que lo vio crecer y formarse como futbolista.

Marcelo Otero, posa delante de la boletería del estadio Olímpico, escenario que lo vio crecer y formarse como futbolista.

“Tranquilos muchachos, el domingo ganamos, juega Marujo…” Marcelo Otero, “Marujo”, el de Rampla Juniors y Peñarol, en Los Aromos, en los primeros años del Quinquenio, desde el ’93, tocaba la campana en la parte exterior de la sala de la concentración, hoy obviamente desde las reformas y la modernización. “Era parte de la confianza y la buena racha” recordó del episodio que repetía, por ejemplo, antes de la parada del domingo.

¿Qué es de la vida del ex delantero que siguió su carrera en el Vicenza de Italia y luego al Sevilla de España y paso fugaz por Fënix? “Hoy no estoy trabajando en el fútbol. El año pasado nos vinculamos a Huracán desde el proyecto deportivo. El emprendimiento junto a mi hermano pasa por el ABITAB que tenemos en el barrio y obviamente nos encargamos”.

Orgulloso de la gran Villa del Cerro, desde su vida de jugador, no dejó el lugar entrañable y de muy difícil desarraigo para la gente de la zona. “Es una cuestión de familia, de mis abuelos. El sentimiento por el Cerro es eterno. Hay que quererlo y cuidarlo. También mejorarlo”.

-¿Qué opinas del partido con Nacional a once puntos de Peñarol?

-“Es muy especial, sin tantos antecedentes por la diferencia. Dejando de lado el corazón, Nacional juega mejor y es el favorito pero con Peñarol nunca se sabe… Es Peñarol…”.

“LA NOCHE PREVIA TE VOLVES LOCO”

-¿La ventaja no juega en el ánimo y la estrategia?

-“La cabeza es fundamental. La noche previa te volves loco. Es especial para los dos. Nacional si gana le da la vuelta en la cara. También piensa en el 5:0 de Peñarol en el Clausura”.

-¿La rivalidad condiciona más que el Apertura?

-“No es tan simple. Lo viví en el ’93 cuando ganamos 1:0 con gol de Bengoechea de penal. Hacía tiempo que Peñarol no ganaba un clásico. Me acuerdo que el Gallego Martínez (Andrés) lloraba de alegría. Se rompió la serie negativa anterior. Para mí, que me incorporé en ese ’93, fue muy importante”.

"El sentimiento por el Cerro es eterno. Hay que quererlo, cuidarlo y mejorarlo".

“El sentimiento por el Cerro es eterno. Hay que quererlo, cuidarlo y mejorarlo”.

-¿En qué grado juegan los experimentados del plantel?

-“Es clave. Me pasó cuando llegué. Tenía compañeros como Bengoechea, Perdomo. Los nuevos como Darío Silva y yo nos sentimos respaldados. Fue fundamental para ganar aquella vez en el 1:0 del ’93, en el penal que me hizo el Hugo De León y la campaña posterior. Dimos vuelta juegos donde empezamos perdiendo.

-¿El margen a favor de Nacional es un argumento de peso?

-“Es un equipo estable. La distancia entre los dos es atípica. Todo pasa por la confianza. Peñarol no empezó mal el Apertura.

“ZALAYETA Y TONY SON LOS MEJORES”

-¿Es un reto entre los jóvenes y jugadores con historia en estos desafíos?

-“Hay que darles chances a los chiquilines. A los 22 años tuve la suerte de tener al lado al Chueco (Perdomo), a Pablo (Bengoechea), el Tano (Gutiérrez). Uno mira a la tercera división, a la Sub 19, siempre hay jóvenes. ¿La polémica en Peñarol? Zalayeta y Tony (Pacheco) son los mejores. Por ejemplo, a Jonathan Rodríguez no le pesa la camiseta”.

-¿Te identifica en su estilo al que tenías?

-“Claramente. Es rápido, tiene movilidad. Se acostumbró a los clásicos. No jugó de acuerdo a sus condiciones el domingo pero todos los encuentros son diferentes”.

-¿Hay jugadores para estas paradas?

-“Existe una mística que lo hace distinto. Por ejemplo, no es que me gusten cómo juegan el Hormiga y Macaluso pero transmiten, contagian, generan algo adicional”.

-¿Cuál te dejó el mejor recuerdo?

-“Un montón. Me fue muy bien. Ganamos cuatro, pedimos uno. Soy favorito… Ja, ja, También me acuerdo de un amigo, compañero en la Selección de la Copa América ’95, Alvaro Gutiérrez. Me alegro que le vaya bien. Siempre fue de bajo perfil. No me olvido de un penal que me hizo que me mató con una patada, ja, ja, ja… Otros tiempos, en la cancha se decía de todo, afuera nada”.

-Todo cambió…

-“Antes se pegaba y quedaba ahí. Ahora se pelean y la gente se confunde. La boquilla siempre existió pero no pasaba de la cancha. “Te voy a arrancar las piernas” te decían. Otro tiempo”.

“Marujo” Otero siente el clásico con el fútbol en la sangre y absoluta calma. El sábado en la Villa y el domingo, en el Estadio Centenario.  “Ojalá ganen Rampla Juniors y Peñarol pero hoy es para disfrutar”.

"Ojalá ganen Rampla Juniors y Peñarol", el deseo de "Marujo".

“Ojalá ganen Rampla Juniors y Peñarol”, el deseo de “Marujo”.


Etiquetas: Peñarol