Silvera: marcó huella
Maximiliano Silvera, quien fuera pieza esencial en el equipo de Diego Aguirre, confirmó que se va de Peñarol. ¿Su futuro? Entre los rumores de su traspaso a Nacional o una posible salida al exterior.
Maximiliano Silvera, saluda a los parciales de la tribuna Cataldi, en el festejo de su primer gol oficial en Peñarol. Se lo anotó a Cerro, el 9 de marzo de 2024 en el estadio Campeón del Siglo, por la cuarta fecha del Torneo Apertura.
“Que Diego Aguirre me haya pedido es especial y muy lindo. Ya me había pedido en Santos. Para mí, todo eso es una motivación extra, para entrar a cada partido y demostrar que él no se equivocó con la elección de traerme a Peñarol”, contaba Maximiliano Silvera en enero de 2024 al aterrizar en el club aurinegro.
Hace prácticamente dos años atrás, Silvera firmaba con Peñarol luego de jugar tres temporadas en el fútbol del exterior, y llegaba para ser el delantero titular en el equipo de Diego Aguirre. Y vaya si le demostró. En su primera temporada, marcó 15 goles y dio 6 asistencias, en 46 partidos. Fue parte esencial de un equipo que se recitaba de memoria y que lo ganó casi todo el pasado año, obteniendo el torneo Apertura, el torneo Clausura, la tabla Anual -con puntaje récord-, el Campeonato Uruguayo y, por si fuera poco, fue semifinalista de la Copa Libertadores.
Es cierto que, para haber sido el atacante de área titular de un equipo multicampeón, sus números no impactaron. Es que Maxi, no fue el típico delantero goleador de su equipo sino que se transformó en un estandarte de un bloque colectivo ofensivo que se entendió a la perfección.
Su incansable trabajo a destajo de forma individual y en colectivo, con y sin pelota. Su laboriosa faceta táctica. Su esfuerzo por dejar hasta la última gota de sudor en cada jugada de ataque. Su inteligencia para leer los partidos y manejar los tiempos. Para adaptarse al juego colectivo. Para jugar de espaldas al arco en los momentos que el partido lo pedía. Para generarse situaciones de peligro por méritos propios. Para generar faltas a favor de su equipo. Para arrastrar marcas y la atención del rival. Y por convertir goles importantes.
Por todos estos factores, Silvera se ganó un lugar de elogio y prestigio en Peñarol en su primera etapa. Porque fue un delantero sacrificado, que lo dio todo por su equipo. Pero al mismo tiempo, mostró una calidad, categoría y jerarquía, que lo supo plasmar en cada acción y en cada jugada a lo largo del año.
Maxi Silvera, terminó siendo el delantero que Aguirre fue a buscar teniendo el apoyo y el aval de la mayoría del entorno carbonero. Su estadía en el club ni siquiera se cuestionó de cara al segundo período.
SEGUNDO PERÍODO, CON VAIVENES
Durante los primeros seis meses de 2025, Maxi Silvera cumplió el mismo rol que en la temporada pasada, siendo el único referente de área de un equipo que mantuvo el sistema de juego y la idea original.
Lógicamente, si tan bien le había ido a Peñarol con esta metodología de juego en 2024, entonces, no había ninguna excusa que avale un cambio táctico por parte del entrenador. Todo seguía igual, pese a que los resultados no acompañaban.
En dicho período, hasta julio, Silvera marcó nueve goles y dio tres asistencias entre Campeonato Uruguayo y Copa Libertadores durante cinco meses, siendo el goleador y estandarte ofensivo de un equipo que no había comenzado bien en lo colectivo. Y justamente, como Peñarol no colmó las expectativas dentro del plano colectivo en el inicio de temporada, comenzaron los rumores y cuestionamientos para algunos futbolistas. Entre ellos, para el propio Silvera.
Sin embargo, el entrenador Diego Aguirre se aferró a su idea original y mantuvo su forma de juego, con Silvera como único atacante.
LA LLEGADA DE AREZO Y EL NUEVO ROL DE SILVERA
Matías Arezo, con pasado exuberante en Peñarol en 2023, llegó para reforzar la ofensiva aurinegra. Muchos, auguraban una delantera ideal con Silvera y Arezo como dupla de ataque. En lo previo, se habló mucho sobre este tema. Si funcionaría el doble nueve más allá de las enormes características y condiciones individuales de cada uno. Las conjeturas sobre esta posibilidad fueron una multitud. Si se iban a entender, a no sobreponerse entre sí, o sí se iban a ajustar al esquema del entrenador.
Sin embargo, Aguirre siguió siendo fiel a su metodología original manteniendo a sus dos extremos, a Leo Fernández como mediapunta por el centro y a Maxi Silvera como único atacante. Los resultados eran irregulares, los reproches se hacían sentir cada vez más, pero el técnico no daba el brazo a torcer a la hora de imponer su filosofía de juego.
Diferentes pruebas, funcionamientos, adaptaciones y resultados le terminaron confirmando a Diego Aguirre que Matías Arezo y Maximiliano Silvera debían jugar juntos en este Peñarol 2025. Es que Arezo, no paraba de hacer goles cada vez que ingresaba desde el banco de suplentes, y el hincha se impacientaba. Además, se sumaba otra condicionante. En el final, el equipo se quedó sin alternativas para los extremos. El técnico, no tuvo respaldo ni variantes sobre las bandas.
Todos ellos, fueron motivos suficientes para que Aguirre se decida por alternar su ofensiva dándole lugar a Arezo como titular junto con Maxi Silvera. Peñarol, jugó el tramo final de temporada y las instancias decisivas con el doble nueve. Pero, con un requisito excluyente para Silvera dentro de su función. ¿Cuál?
Aguirre, le buscó la manera y la forma necesaria para que su equipo se adapte al doble nueve, pero, al mismo tiempo, que no renuncie a su esencia. El entrenador se la jugó por la presencia de los dos referentes de área, pero sin descuidar la función colectiva del equipo. Entonces, ¿Cómo solucionó este problema?
Ordenando a Silvera a que, por momentos, se convierta en extremo. Por derecha o por izquierda. Pero que sea extremo. Así fue como Maxi Silvera terminó el año. Cumpliendo un nuevo rol. Una nueva orden táctica. En la función del sacrificio táctico sin pelota. Ahogando a los rivales y retrocediendo hasta su propio campo cuando el equipo rival mostraba una opción más en ataque. En reiteradas ocasiones, pudimos ver a Silvera colaborando en su campo propio. Como nunca. Al mismo tiempo, cuando Peñarol avanzaba al área rival, Maxi se mostraba como un delantero más, llegando siempre a zona de peligro.
En 2025, Maxi Silvera marcó 15 goles en total en 50 partidos y dio 6 asistencias. Anotó los mismos goles que en la temporada anterior, aunque, la diferencia se evidenció en lo que Peñarol consiguió a nivel colectivo entre uno año y otro. Muchos, le exigían goles porque la condición natural de Silvera es la de ser delantero. Sin embargo, su tarea terminó siendo a desgaste extremo, porque tuvo que cumplir la doble función defensa-ataque. Y muchas veces su trabajo defensivo pasó inadvertido, pero su colaboración táctica fue descomunal.
RÉCORD EN CLÁSICOS
Maxi Silvera, es el único jugador en la historia de los clásicos del fútbol uruguayo en convertir goles en el Estadio Centenario, en el Estadio Campeón del Siglo y en el Gran Parque Central.
En enero de 2024, marcó de chilena por la Serie Río de La Plata en el Estadio Centenario, en el empate 1:1. En febrero de 2025, anotó en el Gran Parque Central por el torneo Apertura, en la igualdad 1:1. Y en agosto de 2025, marcó en el Campeón del Siglo por el torneo Clausura, en la goleada a favor 3:0.
¿Su futuro? Incierto, aunque ya confirmó que no seguirá en Peñarol. ¿Y ahora? Entre los rumores de su traspaso a Nacional o una posible salida al exterior.
Maxi Silvera, el delantero generoso que supo dejar su huella en Peñarol.
