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Merecen los elogios




Malvín y Biguá juegan uno de los partidazos de la noche.


21 noviembre, 2012
Columnistas

Estas semanas maratónicas que estamos viviendo en la Liga Uruguaya han emparejado mucho el nivel de juego. Es que las lesiones o molestias están a la orden del día y muchos de los “poderosos” han optado por no arriesgar, dándole posibilidad a los que realmente necesitan ganar de hacer partidos mucho más parejos.

Malvin venció a Biguá

 

De todas formas es para resaltar lo que están haciendo equipos que en diferente medida uno esperaba menos. Biguá encabeza esa lista, siendo el único escolta de Malvín y jugando un muy buen basquetbol con un plantel confirmado 100% con pibes de la casa. Trouville ha cambiado la cara desde la llegada de Rubio Díaz y suma no sólo victorias sino una mentalidad ganadora que hace tiempo no tiene. En otro lugar están Olimpia y Sayago, los vecinos que se armaron para pelear abajo, pero en base a buenos resultados y algún “batacazo” hoy sueñan con tener una Liga larga y no irse de vacaciones en diciembre.

Aplausos y sólo aplausos

No por repetitivo uno debe dejar de ponderar lo que está haciendo Biguá en el campeonato. Un plantel completamente integrado por jugadores formados en la institución, con dos extranjeros comprometidos con la causa y con un caudal de basquetbol que a uno le da gusto ver. La mano de Tito se está viendo y más allá que en los últimos partidos no contó con Santiago Vidal, se la rebuscó con otros “pibes” para sacar resultados resonantes, tocando el punto más alto cuando le ganó a Malvín como visitante. Jeffries y Jhonson hoy en día son la mejor dupla de la Liga y lejos están monetariamente de ser los más encumbrados. Serios, metidos en el equipo, dan la sensación que son dos productos más de las formativas. De hecho Jeffries tomó la responsabilidad de ser el más “veterano” de un equipo plagado de jóvenes. Biguá gana, gusta y hace que los hinchas como pasaba hace muchos años, se sientan identificados por un equipo plagado de jugadores de sus formativas.

Si bien Trouville se armó con el objetivo de meterse entre los de arriba, el mal inicio de campeonato y la partida de Ottati hizo que muchos dudaran en llegar a instancias definitorias. Pero acá los aplausos son para la directiva, que apostó en traer un entrenador español y los resultados están a la vista. Desde la llegada de Rubio Díaz el equipo construyó una mística ganadora que contagia a sus hinchas y levantó el nivel de los nacionales maximizando sus minutos en cancha. La constante rotación tiene como finalidad una asfixia para el rival a la hora de defender, y esa es hoy su principal herramienta para ganar. A su vez jugando como local, ganó sus 9 partidos, algo que nadie en esta Liga puso lograr.

Mucho con poco

Son vecinos y este año encararon la temporada con un mismo objetivo, salvarse del descenso. Sayago y Olimpia hoy están a un paso de la salvación, y luchas porque su temporada siga en enero y febrero. El “Saya” una vez más de la mano de Horacio Perdomo, está dando mucho con poco, ya que el presupuesto es acotado y a su vez no pudo contar con Monreo, quien era la principal apuesta como ficha nacional para esta temporada. Demian Álvarez está pasando por un gran momento, y con la confianza de su entrenador se ha consolidado como uno de los mejores nacionales de la Liga. Con una dupla de extranjeros seria, donde Shelman cumple siempre y Jones se ha ido acoplando, más la base de nacionales que defiende cada pelota como la última, el equipo se consolida en la zona media de la tabla y si no es entre los 8, busca su lugar en el repechaje para ingresar a play off por segunda vez desde que se creó la Liga.

Olimpia por su parte no arrancó bien el año, perdiendo mucho y no encontrando en los extranjeros la solución que se buscaba. El recambio y la llegada de Elliot y Hunt potenciaron a los criollos y de a poco se fue consolidando, llegando a un pico en la última fecha cuando derrotó a Unión Atlética como visitante. Trasante, Silveira y Galeano cumplen su rol y no se salen del libreto, y a eso hay que sumarle lo que dan Varela, Agarbado y sobre todo Delgado, que desde el banco dan soluciones. Los de Colón ya consiguieron su primer objetivo que era la salvación y ahora van por más y tienen con qué.

Están en el debe

El resto del campeonato ha mantenido una lógica dentro de lo que uno esperaba de casa equipo. Más allá que van a estar en la Súper Liga, tanto Hebraica como Aguada no han dado todo lo que se esperaba. El macabeo perdió 6 de los 19 partidos que jugó y si bien el cansancio y la seguidilla de partidos se ha notado, los de Signorelli no han mostrado esa mentalidad ganadora que los caracterizó la pasada temporada.

Lo mismo se aplica para Aguada, que tuvo la lesión de García Morales y la sintió. El equipo en las últimas horas sufrió la renuncia de Marcelo Capalbo que ni fue aceptada, pero dejó a las claras que algo no está bien. En sus 90 años, el aguatero se armó para ser protagonista, pero tiene un record de 11 triunfos y 8 derrotas y hace 11 partidos que alterna buenas y malas, no estabilizándose en la zona que debe estar.