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Murió Ali, se nos fue al vestuario eterno…





4 junio, 2016
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Cayó el más grande, el que le dijo que no a la guerra, el que luchó contra la segregación, el que impuso el ser negro y defender su condición a como diese lugar.
Un valiente, luchador y gentilhombre.
El de las luchas tremendas, ese que sacó al boxeo de los lugares tristes para darle una vida diferente.
Un genio de la travesura, “soy el más grande”, una formidable frase que juntó a su excepcional carrera.
Era Cassius Clay, renunció. Fue Muhammada Ali y así se fue …
Con orgullo en defender la vida, en ser justo, en pelear con valentía pero no sólo en el ring, sino en la vida.
Es, justamente ahí, donde todos tenemos que darnos cuenta que hay que pelear, en la vida misma, con nuestros aciertos y errores.
Ali lo comprendió, lo vivió y lo puso en los ojos del mundo.
Un negro fantástico, un hombre brillante, un deportista único y un boxeador exclusivo, el distinto, el mejor, el que la historia nos hablará de leyenda y será justo.
Perdió donde perdemos todos, porque al mundo lo hicieron así y no es una derrota.
Una complicación pulmonar lo sacó del ring de la vida.
Es un adiós a lo que pasa aquí …
Para saber lo que pasa allá …
Así es como pienso, así, seguramente, es lo que pensó el más grande, el uno, el genio del ring, el crack, el inigualado, la fiera, el más querido y también más polémico en la historia del boxeo mundial.
Nos deja el legado de su lucha de la que tenemos que aprender todos.
No renunciar a nuestros derechos, a los reclamos por la justicia.
El boxeador vive pegando, como la vida y gana a los golpes, sí, como la vida, pero cuando vence abraza a su adversario …
Deberíamos aprender el ejemplo y la imagen del final de un combate.
Gané pero te abrazo, son momentos de la vida … enseñanzas.
Alí querido, descansá en paz, te lo merecés por lo que nos diste, por lo que entregaste al mundo.
Felicidad, alegría, deporte, coraje, fuerza moral, espíritu de lucha, clase, categoría, fe inquebrantable, guapeza …
Así viviste Ali, grande Ali, así moriste, Ali enorme …
Habrá paz en donde descanses.
Y las generaciones veneraran tu vida y no solamente deportiva.
Los que te vimos arriba, metiendo jab, cross, ganchos y desplegando autoridad te extrañaremos, pero nos dejaste una clase inolvidable que tendremos, inevitablemente, que imitar.
Fuiste el mejor y lo seguirás siendo.
Gracias, muchas gracias, muchísimas gracias …
En vida y en este adiós al vestuario eterno …