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Octavio Rivero, el mejor de la etapa, su octavo gol decisivo y es el goleador del Torneo Clausura con ocho




Octavio Rivero, el goleador de Rentistas en recuperación domiciliaria, por un malestar estomacal.


7 abril, 2014
Fútbol Uruguayo Primera

Fue pura casualidad el nombre. Los padres de Octavio Rivero le pusieron “Octavio” (del Latín “Octavius”; la palabra latina para “ocho” es “octavus”, aunque como nombre casi siempre se utiliza con una “-i-” intermedia, “Octavius”) por nada en especial. Les gustó el nombre y se lo pusieron nomás. Hoy Octavio quedó como máximo goleador en exclusiva del Clausura con su octavo gol y fue el mejor jugador de la etapa. Su gol ocho le dio la victoria a Rentistas ante el puntero River Plate (bajándolo de la punta), poniendo al bicho colorado a tres puntos del único puntero actual, Fénix, con una actuación que lo destacó como el mejor.

Octavio Rivero: el jugador de la etapa. Ocho goles para liderar la tabla de goleadores del Clausura.

Octavio Rivero: el jugador de la etapa. Ocho goles para liderar la tabla de goleadores del Clausura.

-Yo soy de Treinta y Tres. Empecé a jugar a los cuatro años en Huracán de Treinta y Tres. Estuve ahí todo el baby fútbol y después me vine, a los quince o dieciséis años, para acá, para Montevideo, a Defensor, donde hice Quinta, Cuarta, Tercera, pero diez días antes de la Copa Libertadores Sub-20, de la que participó Defensor, a mí se me terminaba el contrato y como siempre estaban con que me iban a subir a Primera y nunca me subían, dije: “no voy a esperar más; ya tengo veinte años, tengo que jugar en Primera”. Decidí irme a Central. Ahí pude debutar y a mitad del año pasado vine a Rentistas.

-¿Qué entrenadores influyeron más en tu formación?

(Darwin) Gayol que fue el que me hizo debutar, El Chavo (Gustavo) Díaz que estuvo en Defensor conmigo y ahora el Fito (Adolfo Barán), que fue delantero, goleador y me enseña muchas cosas.

-¿Qué cosas te enseña?

-Más que nada, definiciones. Trabajamos mucho en eso. Me enseña a perfilarme, a cabecear, todo el trabajo de delantero, con zurda, con derecha, amague y definir al otro palo, todo trabajo que sirve mucho después en el partido. Trato de mejorar cosas en mi juego, agregar cosas, patear tiros libres, patear de afuera del área, escuchar al cuerpo técnico, que está para mejorarme.

-¿Cuál fue tu espejo?

-Yo siempre me miré en Ronaldo, el Gordo. Ahora (Luis) Suárez y acá en el fútbol uruguayo miro a (Marcelo) Zalayeta, a (Iván) Alonso, que jugaron en todos lados y vos ves los movimientos que tienen y decís: “son distintos”.

DOS MADRES, DOS PADRES, DOS HERMANOS POR PARTE DE MADRE Y DOS POR PARTE DE PADRE. “MI FAMILIA SON 8”.

-Mis padres están separados desde el año que yo nací. Mi familia está por un lado mi madre y mi padrastro, que vendría a ser mi padre -yo lo quiero como a un padre, le digo a todo el mundo que es mi padre- y por otro mi padre de sangre que también lo quiero y está, desde mis dos años, con una mujer que es como mi madre también. Mi familia son ocho: cuatro padres y después tengo dos hermanos por parte de madre y dos por parte de padre. Todos siempre apoyándome, porque no es en este momento que estamos bien, todos siempre estuvieron en todo momento.

-¿Estudios?

-Hice escuela en Treinta y Tres, en el colegio Gloria Estades, después, acá en Montevideo fui al Logosófico y después al IAVA, Cuarto de liceo, dos meses, porque yo estaba en la Selección Sub-17, entonces entrenaba con la Selección de tarde y con Defensor de mañana (no es excusa, pero se dio así). Lunes, martes y miércoles con la Selección y martes, jueves y viernes con Defensor. Entonces yo tenía dieciséis años y no me daba para ir a un nocturno. Se pasó ese año, se pasó el otro… al siguiente, terminé el campeonato de Cuarta y me fui a Lazcano, porque, te cuento, mi padre, mi padrastro, es arrocero y la arrocera le queda más cerca de Lazcano; ir de Treinta y Tres eran ciento y pico de kilómetros, un gastadero y estaba siempre cansado, entonces se mudaron a Lazcano y ahí di Cuarto Año libre, todas las materias, lo pasé, o sea quedé en Quinto y después no seguí, pero es algo que tengo planeado, terminar el liceo, porque es obligación.

-¿Perspectivas?

-Mi sueño más cortito es poder lograr ahora algo con Rentistas, que sería un sueño también para Rentistas. Nunca entró a ninguna Copa ni logró ningún campeonato en Primera. Está bueno soñar con eso. Mi sueño es entrar a la Copa con todo el grupo que, la verdad, estamos impecable, muy unidos y si seguimos así, partido a partido, vamos a lograr cosas importantes. Para más adelante nada, porque una experiencia que viví es que, por mirar para adelante, me ponía muy ansioso y dejaba de hacer lo que estaba haciendo. Aprendí a ir partido a partido y cuando termina el campeonato se ve qué posibilidades hay. Quiero centrarme en el campeonato, en hacer la mayor cantidad de goles, en ganar y en entrar a una Copa. No ponerme nervioso ni como loco. Después, cuando se presenten las cosas concretas, se verá.

-¿Lo decís por la Selección?

-No, más que nada porque en Defensor me hacía mucho la cabeza con subir a Primera, me ponía ansioso. Con la Selección fui a la Sub-17 y un mes antes del Sudamericano en Chile tuve la desgracia de hacerme un esguince de rodilla que me tuvo mal, porque a una semana de ir yo estaba recién recuperándome, o sea, perdí todo lo que estaba jugando de titular. Después el técnico, Roland Marcenaro, cambió la formación. Cuando me recuperé me probó, pero me faltaban cosas y, la verdad, tengo que decir que le estoy agradecido a Marcenaro, porque un mes antes yo estaba lesionado y él perfectamente pudo haber dicho, “llevo a otro”, pero me aguantó, aunque te digo que en el Sudamericano paraba la pelota con la izquierda y se me iba la rodilla, me quedaba la sensación. Después al Mundial no me llevó. Estaba más concentrado en Defensor, porque en la Selección tenía pocas oportunidades y no pude subir a Primera tampoco. Así que no hice nada. Hace seis meses tuve una lesión peor, tendinitis en el tendón de Aquiles, pasé mal, muy triste, porque no podía ni caminar ni manejar, nada. Era como que tenía arena en el tendón. Me crujía al caminar. Les estoy muy agradecido a los profes que cuando me lesioné me daban para adelante y me trataron muy bien: Gabriel Da Silva y Nicolás Barlocco. También al cuerpo técnico y a mis amigos, a uno en especial, Guzman, que hace poco perdió a su padre. También mi novia fue fundamental en todo este tiempo. Después de esos dos o tres meses, empecé a entrenar y el cuerpo técnico empezó a recuperarme masa muscular y me desgarré el cuadriceps. Otra vez a recuperar. Entonces hice la pretemporada, que me vino impecable, porque yo sabía que estaba mal y no me fui a Treinta y Tres, ni siquiera para las fiestas. Fui el 24 y el 25 estaba acá y fin de año y primero también acá, entrenando con un Profe para llegar en igualdad de condiciones con mis compañeros o hasta mejor. La pretemporada me hizo sentir bien y el cuerpo técnico confió en mí.

Lo que siguió son los ocho goles que hoy lo tienen al tope de la tabla de goleadores y esta campaña sensacional de Rentistas que se prolonga en el tiempo y no parece tener techo.

"Mi sueño más cortito es poder lograr ahora algo con Rentistas, que sería un sueño también para Rentistas"

“Mi sueño más cortito es poder lograr ahora algo con Rentistas, que sería un sueño también para Rentistas”