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No podemos meter al papa en esto




Eduardo Ache, Morgan Martínez, Mario Menéndez y Claudio Puig, presidieron la mesa que presentó las obras de ampliación del Gran Parque Central.


31 agosto, 2014
Columnistas

Se hacen Estadios de fútbol, algunos con una proyección y visión  hasta comercial, no acostumbrada para estas latitudes, y está bien. Otros cubren situaciones que durante muchos años eran merecidos para la historia cargada de glorias, haciendo su Estadio,  que bien merecían.

Las radios compiten de una manera impresionante en cuanto al crecimiento del fútbol en trasmisiones hasta en programas que no eran de este deporte. Si uno va al Palco oficial  (Alto) del Estadio Centenario se verá en una panorámica increíble que las trasmisiones de futbol ya no alcanzan en las cabinas  y las mismas se hacen desde los bancos exteriores.

Eduardo Ache, Morgan Martínez, Mario Menéndez y Claudio Puig, presidieron la mesa que presentó las obras de ampliación del Gran Parque Central.

Eduardo Ache, Morgan Martínez, Mario Menéndez y Claudio Puig, presidieron la mesa que presentó las obras de ampliación del Gran Parque Central.

Los diarios dedican cada vez más a la información futbolística, con suplementos, diagramados en forma espectacular y de gran calidad.

Los programas de TV ya sea de entretenimiento, informativos, de humor, etc, menos los políticos (ya que estos nunca quisieron incursionar en el apoyo REAL al futbol), están dedicando espacios al popular deporte de manera más  activa en cuanto a la opinión.

Los comercios introducen promociones con camisetas de futbol y nombres de futbolistas famosos.

El Papa recibe delegaciones de futbol, a futbolistas, empresarios televisivos directamente relacionados con el futbol, camisetas de equipos, mates, e “inda mais”.

Los políticos, en general, “incursionan” a partidos, clasificaciones, logros deportivos, o situaciones particulares de futbolistas o entrenadores destacados para “aparecer” en la “instantánea” con lo que reditúa el éxito deportivo.

Las librerías que siempre tenían como estandarte a Literatura excelsa, y fina, cuentos infantiles tradicionales, situaciones de historia que convulsionaron al mundo sea política, de  conflictos bélicos, de biografías de reconocidos personajes mundiales del ámbito que fuere; en un vuelco hacia lo popular vemos bibliografía de futbol en la especialidad que sea, de equipos, selecciones, eventos, directivos, incluso hasta personajes que están vinculados al balompié desde otro ángulo que no es el tradicional.

La imagen del trabajo en el Estadio de Peñarol, que llegó al 20% de avance de obra.

La imagen del trabajo en el Estadio de Peñarol, que llegó al 20% de avance de obra.

En todos hay un denominador común y es que por una vía directa o indirecta da réditos económicos y en otros casos de popularidad que luego da su beneficio electoral (sea del color que sea) para quien honestamente  incursiona en el mundo del futbol.

Los futbolistas acarrean deudas de años anteriores, y las financian para facilitar los comienzos de campeonatos, van en ómnibus o de a 5 en autos de los que más pueden, los entrenadores con limitaciones de las que se pida (y como siempre no todos, pero en gran porcentaje) y en lo económico muy similar a los futbolistas, los árbitros ni lugar de entrenamiento para poder desarrollar la parte física acorde a las circunstancias.

Estas 3 partes últimas, son las fundamentales e insustituibles del futbol.

Como en todo orden de la vida, una parte reclama y la otra es la que decide si “da parte de la torta”., pero el que tiene la torta es el que la hizo, el que consiguió el material, el que “mangó” para hacerla pero también está el otro que en vez de conseguir los materiales para hacerla; la pide prestada ya hecha, en vez de “laburarla”; y a este no le gusta que le reclamen los que si merecen disfrutar de esa torta, aunque mas no sea en una parte que justificaría que se hace la torta porque existen ellos. Entonces el que tiene que ceder a la solicitud serán los que están de particular y los que tiene que reclamar definitivamente “su parte” en este “espectáculo-comercial” en que se ha convertido el futbol son los árbitros y los entrenadores porque los futbolistas, muy merecidamente, ya tienen su parte, aunque deberían solucionar los temas individuales porque como Mutual ya lo solucionaron. Espero desde esta lejana Guatemala pero siempre pendiente de mi adorado Uruguay, tener la grata noticia de que el Derecho de imagen, que nos pertenece, se logre porque la otra parte recapacitó.  Se esté transitando la injusticia que lleva 16 años de reclamos pero que veo podemos “tocar buen puerto”. Porque no se precisa ser Einstein para saber que sin esas 3 partes no hay venta de diarios deportivos, libros, camisetas publicitarias, escudos políticos, programas deportivos, vendedores, y un sinfín de gente que honradamente se gana la vida.

Falta equilibrar esta situación en nuestro país, con 2 actores secundarios de la película (entrenadores y árbitros)

Y si vamos al Vaticano, a explicar la situación, no se preocupen que Francisco también debe saberlo.