Segundo tiempo: Uruguay mejoró justificando la victoria con diez minutos de juego excepcional
Cristian Rodríguez y un gesto final que lo dice todo.
Un golazo de Cavani tras gran contragolpe acaudillado por Suárez colocó el 3:2 definitivo y abrió un lapso en el cual Uruguay desplegó un fútbol lujoso y poderosamente ofensivo. Pudo aumentar la ventaja que al final, debió cuidar extremando los esfuerzos defensivos para impedir que los suplentes argentinos alcanzaran la victoria.
Cristian Rodríguez y un gesto final que lo dice todo.
Escribe: Atilio Garrido
Uruguay salió al campo con el ingreso de Gastón Ramírez por Diego Pérez. Argentina sin cambios. La variante dispuesta por el entrenador Tabárez es difícil de comprender. Sólo queda en el medio campo Arévalo Ríos como elemento definido de contención. Será acompañado en cierto modo por Cristian Rodríguez, aunque su fuerte no es –justamente- la labor ordenada y su disposición defensiva. La exposición al superior dominio técnico en la zona de gestación es posible se vea aumentada.
En la primera incidencia del complemento un ataque oriental por la derecha generó un córner del cual surgió una clara chance desaprovechada por Uruguay. La pelota cruzó toda el área sin que ningún atacante uruguayo pudiera conectarla.
Argentina respondió con una acción combinada destapando a Lamela que se hamacó sacando una gran remate que contuvo Muslera. En la jugada siguiente, con los albicelestes lanzados en ataque, Uruguay arrancó en un gran contrataque. Perfecto pase de Gastón Ramírez para Suárez que se internó por el callejón del insider izquierdo. Siguió con la pelota observando el ingreso de Cavani a toda velocidad por el medio. En el momento oportuno, cuando Federico Fernández salió a marcarlo, tocó justo para el otro salteño quién ingresó sólo y sin marca. Se preparó y sacó el cañonazo cuando Romero abandonaba su arco. La pelota infló las mallas. Tres a dos con 40 minutos por delante…
A partir de ese momento el partido se hizo de ida y vuelta. Argentina mantenía el control del medio campo y exhibía superioridad técnica. Uruguay mejoró al menos en el abroquelamiento defensivo, pegándose las dos líneas de cuatro cuando los albicelestes buscaban internarse. Con esa estrategia mejoró sensiblemente la tarea defensiva celeste a pesar de contar con menos hombres de marca en el medio, que los que tuvo en el primer tiempo. Sin embargo, al no generar huecos entre la línea final y la de volantes, se potenció la tarea de contención. En ese momento presionó Uruguay y, al lograr en algunas ocasiones la pelota, buscando partir raudamente en contragolpe buscando similares condiciones a las que ambientó el tercer tanto.
Casi se repite la estrategia en una pelota que llevó Cristian Rodríguez a toda máquina por la izquierda. Llegó al fondo, levantó el centro pasado que dominó sólo Suárez en el segundo palo. Avanzó demasiado hacia la línea final buscando la definición en “globo” que se fue por poco arriba del horizontal.
La cancha enviaba su mensaje a la tribuna. Lo que a Uruguay le costaba demasiado esfuerzo –salir a contrapié hacia el ataque-, Argentina lo conseguía con facilidad tocando la pelota y avanzando en bloque. A pesar que se advertía una mayor atención en la última línea celeste para evitar errores, Rodrigo Palacio continuaba gravitando. En una de sus incursiones la visita arañó el empate cundo su remate cruzado de derecha a izquierda se fue apenas desviado.
Edinson Cavani ya sacó el remate, la pelota supera el esfuerzo final del arquero argentino Sergio Romero y viaja con destino de red. Tercer gol uruguayo.
En ese ir y venir de la pelota con rapidez de área a área, a partir de los quince minutos llegó el mejor momento de Uruguay en el partido. Tres profundas entradas de Cavani llevaron zozobra a la defensa argentina. Otro ingreso de Suárez hizo temblar a la última zona. Una arremetida de Maximiliano Pereira estuvo a punto de culminar en otro gol. Un cabezazo de Sutani en un córner pegó en el horizontal. En la recarga, por la derecha, Cristian Rodríguez avanzó raudamente. Sacó tremendo zapatazo. La pelota encontró el palo derecho, luego un rebote que encontró la humanidad de Cavani y salió desviada. Otro contragolpe por la izquierda, llevado adelante por Cavani, generó una situación donde se reclamó penal al tocar Federico Fernández la pelota con la mano. El cuarto gol estaba al caer cuando desde Chile llegaron noticias. Ecuador descontó…
Emergió la impresión que esos cinco minutos de nivel excepcional que brindó Uruguay, fue la ofrenda definitiva en procura de lo imposible. Argentina mandó a Zomoza por Benega con intención de reforzar el medio campo. Rodrigo Palacio sacó otro remate peligroso desde la boca del área, mientras el ritmo electrizante de los minutos anteriores, comenzó a decaer.
En jugada de pizarrón practicada por Suárez en un tiro libre por infracción que le cometieron en la boca del área, Cristian Rodríguez fue habilitado a la perfección quedando sólo ante el golero Romero. Se enredó con la pelota perdiendo ángulo de tiro cuando ejecutó el remate que salió desviado.
El técnico argentino “Pachorra” Sabella metió altura en el área para recorrer el último tramo del partido. Ingresó el “Lungo” José Sosa por Lamela. Una lujosa “chilena” que ensayó en solitario Cristian Rodríguez sobre el largo del campo de la Olímpica para evitar que la pelota saliera fuera del campo, originó lo que tal vez el jugador nunca pensó. Surgió a coro, dese las cuatro tribunas el grito impensado: “Cebolla, cebolla…” Era la ofrenda del público ante el enorme derroche de energías y tesón expuestos por el jugador del Atlético de Madrid durante toda la contienda.
Sabella continuó con los ensayos. Mandó al campo al debutante Mauro Icardi en lugar de Augusto Fernández, completando así la sustitución de dos de los cuatro volantes de la zona media. Siempre de contragolpe Uruguay continuó intentando aumentar las cifras. Llegó un gol de Lugano en la ejecución de un córner gestado por Cavani. Correctamente el juez brasileño lo anuló por infracción cometida al empujar a un zaguero.
Los minutos finales transcurrieron con la pelota en poder de los argentinos. Tuya y mía, de izquierda a derecha del campo, de América a Olímpica. Sin embargo, ya no es el viejo toque improductivo de antaño, al que alguna vez llamaron “fulbito”. Uno de esos toques sucesivos culminó con pase profundo para la derecha con ventaja numérica de los atacantes argentinos sobre los defensores uruguayos. Estaba el empate, de no ser por la gran acción de Arévalo Ríos que envió la pelota al córner. Antes de la ejecución Tabárez envió al campo al botija Giménez por Stuani, buscando que el reloj corriera para asegurar la victoria. La misma llegó instantes después.
El equipo celeste se despidió ovacionado cuando saludó con las manos en alto a las tribunas repletas. Los jugadores respondieron desde el campo, batiendo –ellos también- sus palmas desde el terreno hacia los espectadores, en gesto de agradecimiento por el apoyo. El milagro no se produjo. Pero el triunfo le asegura a Uruguay su lugar como cabeza de serie en la Copa del Mundo 2014. Eso será realidad si consigue superar a Jordania en dos partidos que serán durísimos. Porque como expresaba mi amigo Hugo Bagnulo hace ya muchos años, “hoy en todas partes se juega muy bien al fútbol. Todos los rivales son difíciles”. ¡Por favor, no vendamos la piel del oso antes de cazarlo! Aunque el rival por el que hay que pasar para llegar a Brasil sea Jordania.
URUGUAY 3:2 ARGENTINA
Cancha: Estadio Centenario.
Juez: Marcelo De Lima Henrique. Líneas: Fabio Pereira y Rodrigo Marques (terna de Brasil).
URUGUAY: Fernando Muslera, Maximiliano Pereira, Diego Lugano, Diego Godín, Jorge Fucile, Diego Pérez (46′ Gastón Ramírez), Egidio Arévalo Ríos, Christian Stuani (89′ José María Giménez), Cristian Rodríguez, Luis Suárez y Edinson Cavani. Director técnico: Oscar Tabárez. Suplentes: Martín Silva, Rodrigo Muñoz, Andrés Scotti, Alejandro Silva, Alvaro Pereira, Walter Gargano, Alvaro González, Nicolás Lodeiro, Diego Forlán y Abel Hernández.
ARGENTINA: Sergio Romero, Hugo Campagnaro, Federico Fernández, Sebastián Domínguez, José Basanta, Augusto Fernández (82′ Mauro Icardi), Lucas Biglia, Ever Banega (68′ Leandro Somoza), Maximiliano Rodríguez, Erik Lamela (75′ José Sosa) y Rodrigo Palacio. Director técnico: Alejandro Sabella. Suplentes: Mariano Andujar, Agustín Orión, Pablo Zabaleta, Marcos Rojo, Gabriel Mercado y Ezequiel Lavezzi.
GOLES: 6′ Cristian Rodríguez (U), 14′ Maximiliano Rodríguez (A), 34′ Luis Suárez (U) de penal, 41′ Maximiliano Rodríguez (A), 49′ Edinson Cavani (U).
Tarjetas amarillas: 18′ Erik Lamela (A).
Ojalá que la fuerza espiritual a la que recurre Edinson Cavani luego de conquistar el gol de la victoria ante Argentina, permita que desde el más allá se destierre de la mente de los jugadores el “ya clasificamos”, y enfrenten a Jordania como si fuera la final de la Copa del Mundo.
