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“Tony” Pacheco: “No me va a dar la vida para agradecerles a los hinchas”




Antonio Pacheco con su hijo Benjamín.


6 mayo, 2013
Fútbol Uruguayo Primera

“Tony” Pacheco, figura del clásico, de la etapa del Torneo Clausura, el día después del gran triunfo de Peñarol. El padre orgulloso del pequeño Benjamín en familia. Clásico de los aurinegros, volvió al gran partido repleto de emoción. “Entregué mi amor y mi vida por Peñarol”. Su regreso, la lesión, Da Silva, Zalayeta, Carlos Núñez, todo en la entrevista con Tenfield.com.

Antonio Pacheco con su hijo Benjamín.

Antonio Pacheco con su hijo Benjamín.

Lunes, el día después del clásico, el descanso feliz,  de Antonio Pacheco, “Tony”, el capitán de Peñarol, el más clásico de todos. El pequeño Benjamín, el hijo que sale a la cancha en brazos, el orgullo de la familia, en la imagen del papá lleno de sonrisas. El ídolo que escribió una página más de su historia, a los 37 años.  “Estoy contento por darle alegría a la gente. Cuando tuve que irme del club pensé que no jugaba más un clásico. Por suerte se dio el reencuentro” contó a Tenfield.com.

El ídolo de Peñarol revivió su historia frente a Nacional y el grito de gol en el mismo arco de la Amsterdam que en la victoria 1:0 del sábado 15 de mayo de 2010, primera final del Campeonato Uruguayo. Había sido la última oficial del carbonero, por las que duelen, de esas donde Tony deja su marca indeleble.  “No sé que será… Aquel fue de cabeza. Me hace sentir orgulloso” responde a Tenfield.com con la simpleza habitual. Lejos de la pose, distinto hasta en la grave lesión, de tibia y peroné, donde evitó la polémica con el rival de turno y superó el sacudón con temple.

Cincuenta y cuatro encuentros frente a los tricolores, a tres de Omar Caetano, gloria de la institución y mentor de su arribo a las divisiones juveniles del club, en tiempos de pelo largo y sueño grande. “Caetano me llevó. Era amigo de mi padre. Yo sólo quería jugar en Peñarol”.

El “exilio” forzado en Wanderers –un año en la temporada 2011-2012- parecía bajar el telón de su obra en Los Aromos. Sin embargo, el guión de la película dio un nuevo giro y sorprendió. Los dirigentes de Peñarol, apremiados por la frustración, los clásicos perdidos –de atrás- y el sentimiento de los hinchas abrieron la puerta del retorno. ¿La primera mañana en el Parque Viera pasó por tu cabeza el domingo? “Fueron tantas cosas… Siento agradecimiento a Wanderers, a Daniel Carreño, a Víctor Hugo Mesa (gerenciador), los funcionarios. Tengo el mejor recuerdo. Realmente, pensé en todo. Gracias a ellos también vivo este momento”.

“PASAMOS UN AÑO Y OCHO MESES DIFICILES; NO ME OLVIDO”

"Tony" disfruta el lunes con su hijo Benjamín luego del colegio.

“Tony” disfruta el lunes con su hijo Benjamín luego del colegio.

-¿Fue la emoción más fuerte por todo lo que viviste?

-“Es difícil describir con palabras. Fue muy intenso en todo sentido. Se me vieron a la mente desde mi familia a los amigos. Pasamos un año y ocho meses difíciles. No me olvido. La hinchada de Peñarol es increíble. Me lo demostró siempre, inclusive en el año que no jugué con esta camiseta”.

-Da Silva dijo que te confirmó el martes que jugabas. ¿Qué sensación te generó? ¿Revancha?

-“Tranquilidad. No estaba jugando y se me presentó una gran oportunidad. Es el juego que nadie se quiere perder. Soñado desde niño. Por algo son tan especiales. Naturalmente el sentimiento es distinto”.

-Generalmente los jugadores experimentados expresan que por cuestión de responsabilidad viven la previa con mayor tensión que los jóvenes, aunque no lo demuestren. En tu caso, la imagen es la misma, llegando al Centenario a pura felicidad. ¿Tiene que ver el temple o el placer de vivir algo soñado?

-“El clásico es una fiesta. Cada uno lo vive a su manera y asimila tanto la alegría como el sufrimiento. La ansiedad pasa más por los entrenamientos. Le dediqué mi vida al fútbol y disfruto siempre”.

-¿Qué pensabas de la situación de Da Silva cuestionado, el técnico con el cual volviste a Peñarol?

-“Se habla mucho. Todo es muy vertiginoso y los cambios también. Polilla (Da Silva) es el entrenador. Hablamos mucho antes de mi regreso. Tuve palabras con él y me parece que las tomó en cuenta. He tenido otros técnicos en mi carrera y muy buenos recuerdos”.

-Junto a Zalayeta siguen con saldo a favor ante Nacional y en etapas diferentes.

-“Jugar con Marcelo para mí es un gran gusto y orgullo. Lo conozco desde hace años y en distintas situaciones. El es un poco más joven. Nos conocimos cuando llegó en el ’97. Compartir esto con él es espectacular. Como jugador es un grande, clase A”.

“CARLITOS (NUÑEZ) TIENE CONDICIONES PARA SER UN FENOMENO”

-En Los Aromos concentras con Carlos Núñez. ¿Cómo lo ves en la adaptación a Peñarol?

-“Carlitos vino a un club distinto al que jugaba y está en ese proceso natural. El aprendizaje es constante.  En lo personal también me pasa. Tiene todas las condiciones para ser un fenómeno. Depende de lo que haga. Su técnica es superlativa”.

-Ahora en la pelea de la tabla anual con Defensor Sporting.

-“Sí, el clásico terminó. Faltan cuatro partidos. El Campeonato Uruguayo es el gran objetivo”.

¿Te sorprende lo que generas en el hincha?

“Es difícil analizarlo. Entregué mi amor por mi carrera y Peñarol. Viví de las buenas y malas. Pasé lo mejor. Percibo el afecto. No me va dar la vida para agradecerles a los hinchas. Me emocionan siempre. Tuve la posibilidad de jugar y ganar clásicos, títulos pero hay algo que está por encima, son el tesoro más grande”.

“¿El festejo en la cancha? Sí, fue un día muy especial, de esos que cuando te tocan el deseo es que no terminen. Mi familia sintió gran emoción porque no olvidamos todo lo que pasamos. La salida, la vuelta, la lesión, los hinchas. Si no fuera por ellos hoy no estaría acá. ¿Los aplausos? No se cómo explicar lo que sentí”.  “Tony” Pacheco, del sueño a la realidad. Clásico de Peñarol.

Antonio Pacheco fue el jugador clásico de la etapa.

Antonio Pacheco fue el jugador clásico de la etapa.