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Triunfo parcial argentino justo




Gastón Silva intenta cerrarle el paso a Lionel Messi.


1 septiembre, 2016
Sin Categoría

Gastón Silva intenta cerrarle el paso a Lionel Messi.

Gastón Silva intenta cerrarle el paso a Lionel Messi.

Escribe Atilio Garrido / Fotografías Fernando González

Hasta los primeros nueve minutos de juego el partido exhibió una paridad quebrada, en determinados momentos, por un par de intentos ofensivos atinados de Uruguay. En ambos casos apareció muy correcto Suárez. En la primera estuvo a punto de quedar cara a cara con el golero Romero, en forcejeo previo con Otamendi. En la otra realizó una gran maniobra, jopeando la pelota sobre Funes Mori en la puerta del área argentina, intentando tocar luego para Cavani que entraba al área sólo por la derecha, interceptando el pase un defensa.

En el minuto diez apareció Lionel Messi. Armó una gran maniobra personal, ingresando en diagonal de derecha a izquierda, gambeteando rivales. Cuando llegó a la media luna y se proyectaba sólo para enfrentar a Muslera, el lateral Jorge Fucile lo barrió de atrás. Infracción y correcta tarjeta amarilla para el defensa oriental. El remate del propio Messi no trajo consecuencias. Sin embargo, generó un quiebre en el trámite del juego.

Los argentinos pasaron a dominar totalmente el trámite y el juego, disponiendo de la pelota posicionándose netamente en la ofensiva. Uruguay se replegó completamente. Cavani bajó a colaborar con el medio campo, quedando Suárez como única posibilidad de ataque. Aunque hasta los veinticinco minutos ese dominio absoluto no se materializó en la creación de jugadas de peligro ante el arco oriental defendido por Muslera, desde la cancha emanaba hacia las tribunas la sensación de que el gol albiceleste “estaba al caer”, según la vieja frase utilizada por el periodismo del pasado.

Dentro de ese trámite, al llegar a la media hora, una posibilidad algo clara para Di María entrando por izquierda fue resuelta con otro tiro de esquina para el equipo local, derivó en una incidencia donde el chileno amonestó a Paulo Dybala. En la jugada siguiente, un contragolpe celeste por la punta derecha originó la posibilidad de un remate al arco de Mathías Corujo, dese posición favorable.

A las treinta y tres minutos, una pelota en campo uruguayo que los jugadores celestes no pudieron manejar con limpieza, quedó en la puerta del área a disposición de Paulo Dybala. Remató de primera como venía, pegándole con pierna derecha. El remate secó se estrelló en la base del poste izquierdo del arco de Muslera. Volvió a la cancha, pegó en la cabeza del portero que estaba en el suelo y salió al córner.

El panorama no cambió en cuanto al desarrollo del juego. Varió sustancialmente en la actitud del árbitro chileno Bascuñán, quién en dos jugadas sucesivas sacó dos tarjetas amarillas a Edinson Cavani y José María Gimenéz, en incidencias donde los sancionados no merecían en absoluto ese castigo. El salteño Cavani saltó a cabecear en la puerta del área de Argentina, no cometió falta, la pelota le quedaba para rematar desde posición inmejorable al arco y… el árbitro chileno pitó infracción del jugador oriental –que no existió- para evitar su tiro a la puerta defendida por Romero. El zaguero Jiménez salió a la descubierta, casi sobre el círculo central a cortar un avance argentino. Desbarató la incidencia sin cometer infracción. Sin embargo, Julio Bascuñán reiteró su equivocación con otra tarjeta para el jugador celeste.

En medio de ese nerviosismo, cuando moría la primera etapa, un nuevo ataque de Messi robando una pelota con gran calidad, para seguir su carrera hacia el área uruguaya, culminó con un remate de pierna izquierda, fuerte, que Muslera se disponía a contener contra su poste izquierdo. El esférico pegó en Jiménez cuando procuró despejarlo, cambió de dirección y se metió en el arco celeste junto al palo derecho.

En los pocos minutos que quedaban para el final de la etapa, se produjeron dos ataques interesantes de Uruguay, siempre llevados por Luis Suárez, en donde el empate rondó el arco de Romero. Hubo también –también- para otra fuerte infracción de Lucas Biglia que originó la tarjeta roja de expulsión exhibida por el juez Bascuñán. Con esa decisión acertada –el jugador estaba amonestado- finalizó la etapa, con reclamos de los uruguayos primeros y los argentinos después, al referido árbitro. La actitud del capitán Messi insistiendo en el reclamo en forma desproporcionada ya que la expulsión resultó correcta, merecía una mayor severidad del juez para castigar el hostigamiento a que fue sometido por Messi.

Así culminó la etapa con una justa victoria de Argentina. Aunque no dispuso de incidencias claras de gol frente al arco uruguayo y el gol, en definitiva en contra, llegó luego de yerros arbitrales que desequilibraron a varios jugadores celestes en esos momentos finales de la etapa, el triunfo parcial es lógico.