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Un hito hecho de sueños




José Luis Palma, el popular y exitoso presidente de Liverpool, aparece con el rostro imperturbable, apoyado sobre una columna detrás de los hinchas negriazules, en la tribuna principal del Estadio Belvedere.


24 diciembre, 2023
Columnistas Habla la historia

Escribe Atilio Garrido

            Enero de 2006. En la planta alta de la sede de Liverpool FC, alrededor de un centenar de hinchas asistían a la presentación del libro “Los Negros de la Cuchilla”, escrito por el Dr. Héctor Lescano. Un verdadero caballero para quienes hemos tenido el gusto de tratarlo, vivía en esos momentos, al igual que la mayoría de los asistentes, la lógica euforia de recorrer el primer año en la historia del gobierno del Frente Amplio. Por méritos propios y una larga militancia en el Partido Demócrata Cristiano, Lescano desempeñaba el cargo de presidente de esa agrupación política y católica, bajo cuyo lema sufragó la coalición de grupos de izquierda. En ese momento, ocupaba, además, el cargo de ministro de Deporte y Turismo, por lo cual, en ese nivel, era la persona más importante del país.

 

            Se vivía entre el centenar de fanáticos negriazules una particular euforia por el encuentro de viejos compañeros de lucha por el club, al disponer de un material en gran parte inédito, contenido en 303 páginas que narraban la historia de la institución.

 

            También el fútbol transitaba una etapa de cambios impulsada por Tenfield S.A., poseedora de los derechos de televisación desde 1999. Luego de una intensa etapa de diálogo con los dirigentes de la AUF, se adaptó el calendario del fútbol local al de Europa, poniéndose en marcha los torneos Apertura, cuya disputa se iniciaba en el segundo semestre del año, y llevándose a cabo luego el Clausura, en similar período de seis meses del año siguiente. Un régimen de finales que surgían de la composición de una Tabla Anual definía las posiciones y clasificaciones a los torneos internacionales y el descenso.

 

          En aquel enero de 2006, otro elemento deportivo impactante alentaba los sueños negriazules. Rocha Fútbol Club sorprendió a todo el ambiente futbolístico consagrándose campeón del Apertura, instalándose así en la definición de la Copa Uruguaya. Otro acontecimiento reciente en el tiempo contribuyó a que los allí presentes encendieran la mecha de la euforia, y a que la reunión culminara en son de triunfo, adelantando la conquista de la Copa 2006/2007. En 2004, Danubio había repetido el éxito de 1988. Recuerdo al desaparecido Roberto “Cacho” Etcheverry encabezando a una veintena de fanáticos positivos.

 

         Cuando el Dr. Lescano finalizó la presentación del libro, las miradas se detuvieron en el presidente del club, José Luis Palma, sentado a su lado. Palma asumió la conducción de la institución en enero de 2001, luego de triunfar en las elecciones, y con el equipo en la segunda división. Desde ese momento, empuñó el timón del barco con firmeza, seguro del rumbo a transitar.

 

        Empresario reconocido al frente de la corporación Puritas, inició en la conducción de Liverpool el desarrollo de una política tan lógica como inédita en el fútbol. La apuesta a las divisiones formativas, la construcción de instalaciones cómodas y modernas para asegurar la siembra y la cosecha. El traslado al fútbol uruguayo de los lógicos criterios empresariales, donde se persigue la ganancia, donde los balances tienen que cerrar con números positivos, la vieja y justa realidad de que no se puede gastar más de lo que ingresa, paulatinamente fue dando sus frutos. Esa conducción del club con mano dura envuelta en guante de seda llevó a que Palma fuera definido por Luis Inzaurralde como un “dictador democrático”. De reconocida afiliación al Partido Nacional, gobernante y militante de diversos grupos específicos de trabajo dentro de la colectividad, la nada común personalidad de Palma, que él mismo se encargó de construir en diversos reportajes, lo han convertido en el dirigente más atractivo y, también, en uno de los de mayor prestigio del fútbol uruguayo.

 

        Con hablar pausado y monocorde, sin levantar la voz, su rostro imperturbable, marmóreo, apareció en el primer plano de la TV cuando Liverpool perdía la primera final. Idéntica y más notoria fue su expresión en el registro televisivo después de los dos goles que en Belvedere dejaron al club en el umbral de la gloria. Más notoria porque, en este caso, su rostro pétreo se exhibía en el centro de la merecida algarabía por la que los hinchas negriazules gritaban, se abrazaban y lloraban, en anticipo del festejo definitivo del título que aseguraba ese 2 a 0 frente a Peñarol en Belvedere. Pero él, Palma, permanecía incólume…

 

        Esa apostura, que en otros puede resultar fingida, postiza, armada para la ocasión y hasta excéntrica, en Palma es su forma de vivir, que comienza todos los días a las tres y treinta y tres minutos de la madrugada, cuando su humanidad se levanta de la cama. Algunos entienden que a esa hora el ser humano se conecta con la creatividad y la conexión espiritual. Palma se afilia a otra teoría. Está en el grupo de aquellos que defienden la teoría satánica que une la hora de muerte de Jesucristo, las 3 de la tarde, la edad en la que falleció, 33 años, y concluye que las 3 y 33 de la madrugada es la hora del diablo.

 

        La vida de José Luis Palma no ha sido fácil. Sabe que hay abismos insondables y caminos del destino intransitables. También sabe que hay vacíos imposibles de llenar… Siendo así, derecho viejo, el sábado tocó la gloria futbolística con las manos. Y en ese instante que definió “el momento cúspide”, porque “a la torta, que era grande, le faltaba la frutilla”, no vaciló al afirmar muy claramente que “Paco Casal es un amigo”.

 

       Transcurrieron diecisiete años de aquel mediodía en que el Dr. Lescano presentó su libro y una euforia colectiva comenzó a soñar con Liverpool Campeón Uruguayo. Para José Luis Palma, son veintidós los años que debió transitar para llegar a “esto que estamos viviendo, y que es intransferible”, la frase simbólica y profundamente sentido con la que, fiel a un estilo igualmente intransferible, cerró sus palabras en televisión.

Portada del libro escrito por el Dr. Héctor Lescano, presentado en la sede del club en enero de 2006. Allí nació el sueño de ver a Liverpool consagrarse como Campeón Uruguayo.