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Una vergüenza más…





18 diciembre, 2012
Columnistas

 

Welcome rompió relaciones con Cordón y declaró persona no grata a su Presidente.

El 8 de Mayo de 2009 quedó marcado en la historia más luctuosa del basquetbol Uruguayo. Esa noche Rodrigo Barrios de 17 años y Rodrigo Núñez de 15 fallecieron víctimas de un enfrentamiento entre hinchadas,  pero principalmente son víctimas de la violencia desmedida  creciente  en nuestra sociedad.

Este viernes 14 de Diciembre se vuelve a imprimir un triste capítulo en la historia de la violencia en el Deporte, dos heridos de bala y una chica de 28 años, que nada tenía que ver con los disturbios, asesinada.

Si esto continúa de esta manera quizás muchos más capítulos tengamos que escribir hablando de la violencia en el deporte y particularmente en el basquetbol, lo que por supuesto duele y mucho, principalmente para aquellos que concebimos el básquet como un deporte para compartir en familia, porque así lo vivimos (y hablo en lo personal) desde el vientre materno.

Muchas veces nos hemos preguntado que se puede hacer y sin duda las respuestas son muchas: mas Policía, mas seguridad interna (de la Federación y de los clubes), mas patrulleros, mas zonas de exclusión, entre otras. Pero los hechos nos han demostrado que con eso no basta  para evitar que haya más víctimas.

Otras veces nos preguntamos también como determinados individuos ingresan,  o se les permite ingresar a las canchas de nuestro país, cuando en un ambiente tan chico como el de Montevideo nos conocemos TODOS y todos más o menos sabemos quién es quién.

La Federación Uruguaya de Basquetbol investiga ahora la regalía de entradas a determinados hinchas que podrían ser los responsables de estos insucesos.

Pero sin duda, ninguna medida interna sirve si no solucionamos el problema más de fondo, que no tiene que ver con una cancha, sino con la violencia instaurada y que cada vez va calando más hondo en las nuevas generaciones. Los valores ya no son los mismos, el respeto a la vida se va perdiendo de la misma manera que otrora se perdía el respeto al derecho de propiedad.

Para muchos la delincuencia es la única manera de subsistencia posible ya que no conciben otra porque no se las enseñaron, y esos mismos,  se sientan a nuestro lado en un ómnibus, en un espectáculo o en una cancha de basquetbol, pero de todos modos (y sin intentar desconocer esta realidad), el hecho de que haya demasiadas personas viviendo por debajo del umbral de la pobreza en nuestro país no puede leerse como la única causa de los desastres que nos están pasando.

Esto no es solo un problema sectorial, o de clase, ni mucho menos mi intención es hacer apología de la criminalización de la pobreza.

Los uruguayos demostramos cada día que unos por atacar, y otro por defenderse,  convivimos más con las armas. Según un muy reciente estudio de un centro especializado suizo, referente mundial, en Uruguay hay 32 personas armadas cada 100 y un total de 1.100.000 armas en manos no militares. El estudio procede de una de las  instituciones más reconocidas en materia de estadísticas sobre armas en manos no militares, la Small Arms Survey elaborada por la Graduate School of International Studies de Ginebra (Suiza). Uruguay es hoy el noveno país con más armas en manos civiles. Estas cifras van en línea con las preocupaciones del Ministerio del Interior sobre la creciente suba de compras de armas de fuego por la población y obviamente de la mano con los trágicos sucesos que se están viviendo en nuestro país.

Todos somos parte de esta sociedad, todos tenemos algo que cambiar para mejorar y sin duda es urgente hacerlo. Pero hoy, más allá de los cambios necesarios, de los controles y de la seguridad que todos estamos pidiendo, lo que hay que pedir es justicia y que los protagonistas de los desmanes, de las balaceras, los que hirieron y mataron,  no sigan sentándose impunemente a nuestro lado y mucho menos dentro de una cancha.