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Crónica (12): Uruguay entrenó en la cancha donde comenzó a gestarse el “Maracanazo”




Detalle de la hermosa fachada principal del Estadio de Sao Janúario. En su parte superior, sobre azulejos azules el símbolo de las naves del navegante y explorador portugués Vasco da Gama.


27 junio, 2014
Pelota al medio

El estadio donde hoy practicó Uruguay está ligado directamente a la gran conquista de Uruguay en la Copa del Mundo de 1950. Hoy vamos con una de ellas, para seguir en una próxima nota las restantes.

Detalle de la hermosa fachada principal del Estadio de Sao Janúario. En su parte superior, sobre azulejos azules el símbolo de las naves del navegante y explorador portugués Vasco da Gama.

Detalle de la hermosa fachada principal del Estadio de Sao Janúario. En su parte superior, sobre azulejos azules el símbolo de las naves del navegante y explorador portugués Vasco da Gama. El letrero moderno en contraste anuncia los barrios siguientes de Sao Cristovao, Benfica y Tijuca y debajo el de la Baixada de Vasco da Gama.

Escribe: Atilio Garrido / Fotografías: Fernando González (enviados especiales)

Han sido muchas, por suerte, las veces que he tenido la oportunidad de llegar a esta “Cidade Maravilhosa”, la marcha inmortal que escribió André Filho, en 1935, para los ya famosos carnavales de Río de Janeiro. Su primera estrofa aún resuena en mis oídos, eternizada en mi memoria desde hace más de medio siglo, cuando el tema se cantaba en los pic-nic que organizaban mis padres, con amigos y parientes, en la Barra de Santa Lucía. Cidade maravilhosa / Cheia de encantos mil / Cidade maravilhosa / Coração do meu Brasil… ¡Pensar que hubo un tiempo, en Montevideo, donde de tanto en tanto, cada fin de semana, las familias del barrio se juntaban y en autitos o algún camión, se iban de farra allá lejos, a la orilla del río Santa Lucía en el límite con San José, o la calle Daymán, en los aledaños de la “Quinta del Tomate” y el stud de caballos de carrera propiedad de Ramón Viña. Daymán hoy se llama Avenida Gral. Rivera y los dos lugares mencionados, estaban dónde nacía esa a la altura de Lieja. Todo era campo. Todo era diversión. Hoy, esa zona es Carrasco nuevo, una de las más papusas de la ciudad, donde Dieguito Forlán construyó la casa para su familia, frente a la Escuela Naval, que en aquellos tiempos… ¡Era un hotel! El hilo de la comete se fue para cualquier lado. Empezamos con las tantas visitas que realicé a la “Cidade Maravilhosa”, varias de ellas para confraternizar con mi hermano de vida, Kleber Leite. Y en cada uno de los viajes, al pasar por la autopista que lleva del aeropuerto Galeo hacia el centro, a quienes me acompañaban les mostraba un estadio viejo y les decía: “Ese es São Januário, un estadio histórico para Uruguay”. Me prometí muchas veces llegar hasta él. Siempre, por una cosa u otra, quedaba en el debe. Esta tarde de viernes 27 de junio, gracias a que allí se marcó el entrenamiento de Uruguay y Colombia para proteger el muy gastado césped de Maracaná, tuve la oportunidad de visitarlo, de pisar su cancha, de volver atrás en el tiempo para “tocar” la historia gloriosa de la gesta del “Maracanazo”.

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¡Sí, aunque no lo crean, aquí comenzó a construirse el “Maracanazo”! ¡Aquí los uruguayos se dieron cuenta que aquel equipo de Brasil no era ningún “cuco”! ¡Aquí quedaron, también anécdotas imperdibles que, por suerte, he rescatado en el libro que escribí (“Maracaná – La historia secreta”). El “Maracanazo”, materializado el 16 de julio de 1950, nació aquí, en el São Januário y por partido doble. Todo ocurrió en abril / mayo de 1949. Un año antes. El fútbol uruguayo vivía la huelga de los jugadores profesionales. La Mutual no aflojaba y desde octubre de 1948 la actividad se encontraba paralizada. Brasil tenía a su cargo la organización del Campeonato Sudamericano previsto para enero de 1949. Pero… Sin Uruguay y sin Argentina, el torneo que servía de banco de pruebas para la Copa del Mundo de 1950, sería un fracaso. Ante el grave problema, el Presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, Dr. Rivadavia Correia Meyer, viajó al Río de la Plata para tomar contacto con la realidad. Los dirigentes uruguayos, en prueba de amistad y confraternidad, le aseguraron que si se corría la fecha del Sudamericano para abril o mayo, se comprometían a enviar una Selección. Así lo hicieron. Modificaron la fecha como pidió la AUF. ¡Qué poder tenía entonces nuestro país, el más laureado del mundo entero! No como ahora, donde los señorones de la FIFA “mataron” a Luisito por el chucho que tienen de que, otra vez más, estos uruguayos hijosdeunagransiete, nos arruinen la fiesta…

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Pero… los meses fueron pasando y la huelga no se arreglaba. Peñarol, en acuerdo con el Presidente de la AUF, César Batlle Pacheco, planteó en la Junta Dirigente que había que cumplir con la palabra y concurrir al Sudamericano de Brasil. Nacional se opuso. Se votó. Perdieron la votación y, a las apuradas, en dos días, se armó un equipo como se pudo. Sin director técnico, con cuatro jugadores “carneros” que aceptaron la propuesta de la AUF para jugar y romper la huelga, y con el resto del plantel integrado por juveniles. Así viajaron. En tandas, sin entrenamiento, en el más grande desorden. La CBD modificó nuevamente el calendario de partidos para darle oportunidad a que llegaran los uruguayos. Entre tanto, Brasil no paraba de golear. Venció 9:1 a Ecuador, 10:1 a Bolivia, 2:1 a Chile, 5:0 a Colombia y 7:1. En el próximo partido enfrentaba al rejuntado uruguayo. Los celestes habían vencido a Ecuador (3:2), perdieron con Bolivia (2:3), le ganaron a Paraguay (2:1) y empataron con Colombia (2:2). A pesar de su impresionante racha de 33 goles a favor y sólo 4 en contra, los brasileños le tenían miedo a Uruguay. No les importaba que el equipo oriental estuvieran tan, pero tan disminuido. Sabían que cualquier uruguayo con la celeste en el pecho se transforma. Pero, para asegurarse, Brasil tomó sus precauciones. Designó un juez brasileño (Alberto da Gama Malcher), cosa ya insólita en aquel tiempo. En Brasil estaban “casi” todos los que serán protagonistas o testigos como suplentes del “Maracanazo”: Barbosa, Augusto y Wilson; Ely, Danilo y Noronha; Tesourinha, Zizinho; Octavio (58’ Ademir), Jair (58’ Viana) y Simao. ¿Uruguay? No te los nombro porque sólo conocerás a uno sólo: Matías González. Muchacho joven, venido de Artigas, back derecho de Cerro, cuando lo fueron a buscar en medio de la huelga, dijo: “Voy a cumplir con mi deber, vestir la celeste”. Estadio lleno. Cohetería impresionante cuando apareció Brasil. Aplausos para el juez de… Brasil. A los once minutos, error de Barbosa (si el mismo del gol de Ghiggia) y, ¡gol uruguayo!

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Las tribunas, estas mismas que visitamos hoy, enmudecieron. Así lo dice la crónica de Marcelino Pérez, enviado especial de “El Diario”. Entonces el juez brasileño Da Gamma tenía que arreglar el tema. ¡Y lo arregló! El partido lo ganó Brasil 5:1, Uruguay terminó con 9 jugadores y Brasil con 10. Vale la pena transcribir lo que escribió Marcelino –a quién conocí, un verdadero caballero, que conocía mucho el fútbol- en la crónica del partido: “Aunque el resultado no merece objeción, las cifras del tanteador no contemplan el mérito de los celestes. El juez brasileño Da Gamma, tuvo errores técnicos favoreciendo con ellos a los locales. De los cinco goles de Brasil, sólo el segundo fue con juego ya que los cuatro restantes se materializaron mediante tiros libres en infracciones cobradas por el árbitro dejando dudas en su sanción, incluso en el penal”.

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¨Primer plano del detalle donde se observa la nave utilizada por Vasco da Gama para su vuelta al mundo.

¨Primer plano del detalle donde se observa la nave utilizada por Vasco da Gama para su vuelta al mundo.

Esta tarde-noche cumplimos con lo que tantas veces dijimos que íbamos a concretar. Estar presentes en el Estadio São Januário donde –a mi juicio- se inició el “Maracanazo”, porque aquel rejuntado celestes, donde estaba Matías González, se dio cuenta que Brasil no era el “cuco” que decían. Inaugurado el 21 de abril de 1927, propiedad del Vasco da Gama que perdió antes Santos el día que se habilitó, debe su nombre a la calle sobre la cual se construyó la Tribuna Oficial del escenario. Durante tres años fue el mayor estadio de fútbol de América del Sur. A partir de 1930 cedió ese título honorífico el Estadio Centenario de Montevideo. Justamente, en este año se produjo en Brasil el triunfo de la revolución acaudillada por Getulio Vargas, quien asumió el poder de hecho, en forma dictatorial. El entonces Presidente, utilizó el estadio de São Januário para realizar asambleas públicas y dirigir la palabra a la multitud. Su fachada es una belleza arquitectónica. Por suerte es considerada como parte del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional del Brasil y no se puede destruir. Soy de los que pienso que fue un error destruir Maracaná para construir en su lugar un escenario sin personalidad. El de Sao Janúario la tiene. Toda la fachada de la Tribuna Oficial es hermosa, con grandes puntos de contacto con los viejas estadios de Inglaterra. Muy bien conservada. Es digna de ser visitada, aunque el lugar dónde quedó –la Baixada de Vasco-, es casi una fabela. Pero en aquel tiempo de su inauguración y hasta muchos años después, esta zona era un barrio residencial de enorme bella, donde él estadio se elevaba en medio de un hermoso descampado. En la actualidad tiene una capacidad aproximada de 25.000 espectadores sentados y durante los próximos Juegos Olímpicos de Río, será escenario de los partidos del Torneo de Rugby.

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Entre el 1927 y el 1950 (año de construcción del Maracaná), el estadio fue el más grande de la ciudad. Pocos saben que cuando se inauguró la red lumínica del estadio vascaíno, el 31 de marzo 1928, debido a la importancia que tenía el fútbol uruguayo hasta ese momento Campeón del Mundo en 1924 y Campeón Sudamericanos en 1916, 1917, 1920, 1923, 1924 y 1926, fue invitado nuestro Wanderers para tan señalado acontecimiento enfrentando al primer equipo del ya poderoso Vasco da Gama.En la actualidad, el predio también tiene la sala de trofeos del club, una piscina y un gimnasio, además de un hotel y un colegio, una capilla y una tienda del principal sponsor del club, la marca Penalty. Hay más historia ligadas con éste escenario y el “Maracanazo”. Mañana las seguimos. Salute.