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Bronca aurinegra

Peñarol empató con Plaza Colonia en el Estadio Campeón del Siglo. El aurinegro no pudo disimular sus ausencias. Resignó puntos valiosos y reclamó por un penal que no sancionó el árbitro.




Jesús Trindade, encabeza la fila repleta de bronca y desazón de los jugadores de Peñarol.


2 junio, 2021
Primera

 

Peñarol empató 0:0 con Plaza Colonia en el Estadio Campeón del Siglo. El aurinegro no pudo disimular las ausencias de sus seleccionados. Resignó puntos valiosos y terminó con bronca por un penal que el árbitro Diego Riveiro no sancionó, en una mano del zaguero Yvo Calleros que obstaculizó el cabezazo de Agustín Canobbio.

 

El equipo de Mauricio Larriera no jugó bien. A pesar de haber controlado la pelota y de haber estado en campo adversario en el mayor tramo del partido, recién exigió al arquero Santiago Mele en el último centro. Entonces, lejos de la postura avasallante, el dominio se limitó a algunas aproximaciones, a rondar el área sin desestabilizar al rival.

 

La insistencia del carbonero por las bandas, con Agustín Canobbio como artífice por la derecha en el inicio, y luego también por la izquierda, marcó el camino. Además, Juan Acosta intensificó la presión por el lado derecho. Y el lateral y el volante se conectaron en su mejor versión para arrancar y generar espacios. La potencia de Cristian Olivera por izquierda recargó la ofensiva, pero no hubo eficacia en el área. Agustín Álvarez Martínez, el goleador, fue cercado. No le dieron tiempo y espacio para dejar su huella.

 

Plaza Colonia, “la  piedra en el zapato” de los aurinegros, acentuó su solidez defensiva. No aplicó la segunda mitad del libreto a través del contragolpe. En ese sentido, Kevin Dawson también pasó una tarde–noche de absoluta serenidad. Y Eduardo Espinel, el DT del elenco coloniense, renovó el avance con los ex Peñarol, Nicolás Albarracín y Cristian “Cebolla” Rodríguez, y sumó a Leandro Suhr en los últimos minutos.

 

La falta de sorpresa condicionó a Peñarol, que empujó en el último envión y reclamó penal en una mano de Calleros que existió, ante el cabezazo de Agustín Canobbio. Pero el árbitro Diego Riveiro lo desestimó. El carbonero terminó a pura bronca. Y dio un paso atrás.