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Progreso sueña despierto

Progreso festejó un nuevo triunfo, 1:0 a River en el Parque Paladino, para la alegría de su gente. El equipo de La Teja ganó con un gol de Luciano Olaizola, de cabeza, y llegó a la punta del Clausura.




Luciano Olaizola en el grito de gol de Progreso, junto a Gastón Colman y a Andrés Romero.


9 octubre, 2021
Primera

Los aplausos de los hinchas de Progreso en el Paladino reflejaron la inmensa alegría por una nueva victoria, 1:0 a River Plate. En esta oportunidad, el equipo llegó con el componente adicional de afianzar el anhelo de la permanencia y, también, de alcanzar la punta del Clausura. El equipo que revalorizó el entrenador Álvaro Fuerte, en su juego, pelea por todo.

 

La sonrisa en La Teja surgió a partir de méritos evidentes. Progreso fue superior por su juego profundo e incisivo. En ese sentido, se asoció hasta a la hora del partido, a las 10:15, para estremecer a su rival. El local salió con todo y, al minuto, marcó el camino por la banda derecha, sorprendiendo, como en el cabezazo de Luciano Olaizola. Alex Silva y Luciano Rodríguez, el juvenil de gran desempeño, se conectaron para generar el desequilibrio. Olaizola, en la izquierda, resultó imparable. El volante protagonizó el desborde tras el cual asistió a Gastón Colman, jugada que culminó en el palo derecho, que impidió el segundo tanto.

 

Durante el complemento, la diferencia mínima mantuvo el suspenso porque la ventaja no era concluyente, pero en el trámite el equipo mereció imponerse por una distancia mayor. River Plate sufrió su cuarta derrota consecutiva. Su debilidad defensiva lo condicionó. Gustavo Díaz intentó subsanar los desajustes en el fondo, con Nicolás Rodríguez en el lateral derecho y Marcos Montiel en la función de volante externo. El darsenero, pese al mayor protagonismo de Gonzalo Castro en los 45’ finales, junto a Matías Arezo, se acercó con envíos aéreos -Mauricio Affonso ingresó para recargar esa búsqueda-, aunque no elaboró situaciones claras para empatar. Mientras tanto, Progreso se abrazó al éxito del triunfo. Y, merecidamente, sueña despierto.