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Lodeiro, pura clase

El experimentado volante de Nacional, manteniendo un perfil bajo y trabajando en silencio, se ganó la titularidad a pesar de que su retorno generó más conjeturas que aprobaciones.




Nicolás Lodeiro, con el clásico número 14 en su pantalón. Talento y clase al servicio de Nacional.


9 octubre, 2025
Nacional

Con más cuestionamientos que halagos. Con más dudas que convencimientos. Y con más vacilaciones que aprobaciones, se dio el regreso de Nicolás Lodeiro a Nacional en el mes de julio, a mediados de temporada.

 

Su retorno al club que lo vio nacer, a sus 36 años, había generado más polémicas que elogios ya que los hinchas tricolores no olvidaron su eventual pero fallido regreso a Nacional en los últimos períodos de pases. De hecho, le cuestionaron su avanzada edad a la que decidió volver al club que lo formó como profesional.

 

Sin embargo, el futbolista optó por hacer oídos sordos al contexto y omiso a las críticas. Identificado por mantener un perfil bajo y por su buena relación con varios compañeros del actual plantel tricolor, se dedicó a trabajar en silencio y a la espera de su oportunidad.

 

Al principio, no le fue fácil. Utilizado casi como un juvenil, sus oportunidades fueron míseras en un comienzo y cada movimiento en la cancha era evaluado con lupa por parte del cuerpo técnico, pero sobre todo, por los propios hinchas.

 

Sus primeros minutos fueron llenos de incertidumbre. La afición tricolor esperaba como agazapada un eventual error del talentoso volante como para ejecutar el reproche. Es que Lodeiro arrastraba consigo una mochila con un peso extra, que el propio hincha de Nacional se la colgó sobre sus hombros basándose en los motivos ya mencionados.

 

Lo cierto, es que el jugador fue medido en su aval de rendimiento con una vara especial por parte de la hinchada y, el mismo jugador, necesitaba redoblar esfuerzos en la cancha para ganarse otra vez la confianza de su público. Cada oportunidad, cada minuto, valía oro para el zurdo volante.

 

Si la situación ya era incómoda y cuesta arriba para Lodeiro, imaginen lo expuesta que quedó su imagen en el último clásico, en la derrota por 3:0 ante Peñarol, donde su figura pasó desapercibida por completo durante los más de 30 minutos que estuvo en cancha. Fue cuando ingresó junto con Mauricio Pereyra en el complemento de aquel partido, sin poder cambiar la historia. Al día siguiente, fue el blanco perfecto para las flechas que le caían de todos lados.

 

Después de haber vivido aquella película de terror ante el tradicional rival, en la que Lodeiro fue uno de los principales reprobados porque el hincha lo señaló y lo marcó a fuego; al siguiente partido, Lodeiro jugó 10 minutos contra Progreso y, una semana después, 19 minutos ante Boston River. Luego de vivir días tensos y en un regreso colmado de conjeturas, llegó su gran oportunidad como titular.

 

TITULAR Y FIGURA

 

Llegó la quinta fecha del Clausura, ante River Plate. El entrenador Pablo Peirano navegaba sobre un mar de incertidumbre para armar el equipo, sobre todo, en la parte de ofensiva, de creación. Porque Juan Cruz De Los Santos (la nueva adquisición en aquel momento) se había lesionado. Lucas Villalba seguía lejos de su nivel. Y Rómulo Otero no colmaba las expectativas.

 

Contra todos los pronósticos y casi que optando por una decisión técnica riesgosa, Peirano tenía un nombre bajo la manga: Nicolás Lodeiro. Un jugador de carrera internacional y de envidiable trayectoria, pero de inestable presente futbolístico y con más cuestionamientos que elogios en aquel momento. Además, apenas había jugado 65 minutos en total desde su regreso a Nacional. Sin embargo, el técnico no dudó y lo mandó de titular ante el darsenero sin importar sus recientes antecedentes.

 

En su primera oportunidad como titular, Nacional le ganó 3:0 a River y mostró una gran versión a nivel colectivo. Lodeiro dio una asistencia y fue la figura de su equipo, en 67 minutos que estuvo en cancha. Fue el creador de fútbol de Nacional, se asoció al juego colectivo, corrió mucho, se mostró siempre como opción de pase y le dio claridad al ataque. En definitiva, jugó como para no salir. Al siguiente partido, volvió a ser titular ante Racing y Nacional volvió a golear 3:0 con un Lodeiro ya afianzado.

 

A partir de ahí, fue titular siempre, en todos los partidos (Plaza Colonia, Liverpool, Juventud y Cerro Largo). Desde su aparición como titular, aportó cinco asistencias en seis partidos jugados. Actualmente, tanto el entrenador como la misma afición están muy conformes con el rendimiento del experimentado volante, quien ya demostró su clase y categoría. Y si bien, nadie duda de su calidad futbolística y de su jerarquía, pocos creían que Lodeiro sería la solución para vestirse de jugador diferencial.

 

¿CÓMO JUEGA NACIONAL CON LODEIRO?

 

Periano, ponderó con Lodeiro sus condiciones técnicas por encima del esquema general del equipo, sin importar las consecuencias. Porque de hecho, la inclusión de Lodeiro significó un cambio de forma y de sistema de juego en el equipo.

 

Con su ingreso, el técnico tricolor pasó de utilizar una táctica habitual de 4-2-3-1, que prácticamente se recitaba de memoria con dos extremos, a pararse con un 4-3-2-1, con Lodeiro y el “Diente” López en el doble enganche, que por momentos se transforma en un 4-3-1-2, con Lodeiro retrocediendo a la línea de volantes para recibir y distribuir la pelota. Y con un “Diente” López más de punta, acompañando a Maxi Gómez en ataque.

 

Con Lodeiro en cancha, el equipo tiende a centralizar más el juego, con toques y combinaciones por el medio del campo. Esto ha hecho a Nacional más protagonista, dueño de la posesión de juego y con mejor manejo de la pelota. Pero además, el equipo tiende a ser más vertical en ataque, ponderado llegar con pases largos y generando espacios al vacío con la pelota en su poder desde el centro de la cancha hacia los delanteros, con Lodeiro siendo en principal nexo en esta función.

 

Con Lodeiro en cancha, el fútbol ofensivo de Nacional pasa más por el centro; con toques cortos, juego asociativo y combinaciones colectivas. En definitiva, Peirano apostó por un futbolista exclusivo, que le demandó un cambio en su forma de juego, ya que se vio obligado a reemplazar la estrategia del equipo.

 

SU ROL INDIVIDUAL

 

Lodeiro es un mediocampista mixto, que suele volcarse a una banda. Tiende a comenzar en una posición fija, más por el centro del campo, pero su naturalidad de querer hacerse responsable del juego y de la pelota, lo llevan a desplazarse por varios sectores de la cancha. En definitiva, en el desarrollo del juego, termina jugando donde más cómodo se siente.

 

O parado desde la izquierda, se vuelca constantemente al centro y busca asociarse mayormente con Nicolás López y Maxi Gómez, pero también con los volantes internos. Alterna la posición con el “Diente” López –porque en varios momentos el equipo muestra un doble enganche-. Al mismo tiempo, cedió por completo la banda izquierda, dando libertad a Diego Romero como para que avance y se proyecte desde el lateral hacia el ataque.

 

Su principal función -con pelota- es la de abastecer el juego a sus compañeros y por el momento lo ha hecho bárbaro, jugando suelto, libre, y a su antojo. Pero lo que más se le valora, teniendo en cuenta su trayectoria y su avanzada edad, es que jamás descuida su colaboración táctica. Porque cuando el equipo pierde la pelota, es el primero en ocupar un espacio.

 

Lodeiro, un futbolista de pura clase. Pero también, un futbolista con sacrificio y humildad.