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Clásico del empate

Peñarol y Nacional empataron 0:0 en el Estadio Campeón del Siglo. El clásico trabado le ganó a la emoción. Pero el aurinegro continúa siendo líder del Clausura.




Diego Polenta se eleva y rechaza de cabeza, ante la mirada de Agustín Álvarez Martínez.


31 octubre, 2021
Primera

El duelo en el Estadio Campeón del Siglo cosechado en un entorno fascinante, con los hinchas eufóricos ante el partido más esperado, y con el 75% del aforo autorizado, dejó, sin embargo, el reto entre los grandes sin vencedor. El juego trabado, de roce y con excesos en algunos tramos le ganó al talento. El Peñarol de Mauricio Larriera jugó lejos de lo que puede, y recién afloró en el último cuarto de hora de la primera mitad, cuando movió la pelota con velocidad y encendió a Facundo Torres. El 10 de la semana inesperadamente especial y de la recuperación veloz de un esguince de tobillo izquierdo lideró el mejor momento aurinegro con una pelota en el palo y con arranques explosivos propios de su talento, siempre volcado a la derecha. El carbonero, en la mayor parte del juego, no abasteció adecuadamente a Agustín Álvarez Martínez. El goleador se inspiró, de todos modos, ganando una pelota de arriba, bajándola con el pecho y obligando a una notable reacción del arquero Martín Rodríguez.

 

Peñarol no disimuló la incomodidad que le planteó Nacional cortando. Entonces, salteó el mediocampo y conectó a Álvarez Martínez solo con pases largos. En ese sentido se sintió incómodo. El protagonismo que ejerció desde el dominio del campo en la segunda parte no se sostuvo en posibilidades concretas. Salvo dos llegadas de Juan Manuel Ramos, una en la izquierda y en otra en que aceleró por izquierda, no obligó al arquero. Los minutos finales del argentino Nicolás Gaitán –sustituyó a Torres, quien se retiró ovacionado- y de Ignacio Laquintana recargaron el envión.

 

A Nacional, en cambio, le salió bien la mitad del libreto. Perturbó a Peñarol en el comienzo, signado por la pierna fuerte, y lo alejó de su arco. Lo condicionó a equivocarse en la forma de atacar. El tricolor cerró la zona externa y pasó sobresaltos únicamente cuando Torres se volcó a la derecha. Sin embargo, el equipo de Ligüera solo ofreció respuesta en situaciones contadas, como la arremetida de Alfonso Trezza que salvó Kevin Dawson, así como en otro contragolpe vertiginoso de Leandro Fernández que controló el arquero. Durante la segunda mitad, Nacional se acercó a Dawson en forma aislada, a través de un tiro de Almeida y, al final, en un intento de Trasante. Pero no habilitó a Ocampo ni a Trezza.

 

El color y la pasión de la gente en las tribunas exhibieron lo mejor del desafío histórico. Peñarol no aprovechó la chance de dar el gran paso, aunque continúa liderando el Clausura. Nacional sumó oxígeno para seguir pensando en el Tricampeonato. Y el Clausura y la Anual están abiertos.